PAMPLONA, 21 Dic. (EUROPA PRESS) -
La Guardia Civil, en una operación llevada a cabo en Navarra y Málaga, ha desarticulado un grupo de 'hackers' que había obtenido datos bancarios de más de 20.000 personas, y se ha incautado de 500 tarjetas de crédito falsificadas, así como de abundante documentación de diversos países de la Unión Europea.
Según explicó esta mañana en rueda de prensa Vicente Ripa, delegado del Gobierno en Navarra, el cerebro de la red es un joven 'hacker' internacional de 19 años, M.E.A, que actuaba junto con M.I., de 27 años; M.E.M., de 28 años; A.R., de 30; y A.N., también de 30 años, todos ellos de nacionalidad marroquí. También fue detenida la joven C.N.M.R., de 21 años, natural de Ceuta y vecina de Fuengirola. Todos ellos fueron arrestados en Málaga, y los tres primeros se encuentran en prisión. La operación continúa abierta.
Indicó que resultaron atacados una decena de bancos, de donde se sustrajo información sensible de la mitad de ellos. Además, los detenidos disponían en sus archivos de más de 200.000 direcciones de correo para ser utilizadas en sus campañas fraudulentas. También se les han intervenido 500 tarjetas de crédito falsificadas, así como lectores de tarjeta, grabadores y distorsionadores de frecuencia.
El grupo disponía de diversas páginas web para la recarga de tarjetas prepago de telefonía, a mitad de precio, que utilizaban para capturar los datos bancarios de las personas que recargaban sus tarjetas.
La operación se inició hace un año, cuando un vecino de la localidad navarra de Elizondo denunció ante la Guardia Civil que le habían sustraído la totalidad del dinero de su cuenta mediante transferencias no autorizadas. A partir de ahí, la Guardia Civil detectó en Internet un gran número de campañas de 'phishing', consistentes en el envío masivo de correos electrónicos, suplantando la identidad de varias entidades bancarias nacionales.
Se constató que el 'cerebro' del grupo se encargaba de diseñar páginas web casi idénticas a las de las entidades, para así obtener datos bancarios y personales. Para disponer del anonimato en sus acciones, establecían conexiones desde ordenadores hackeados o a través de conexiones inalámbricas abiertas. Además, accedían ilegalmente a sistemas informáticos de empresas y a sus bases de datos, para robar información personal y económica.
Los detenidos también contaban con diversas páginas web para la recarga de tarjetas de prepago de telefonía, a mitad de precio, que utilizaban igualmente para capturar los datos bancarios de los usuarios, que eran utilizados en ocasiones para realizar compras fraudulentas a través de la red.
Hasta el momento no se han cuantificado las cantidades totales del fraude, aunque se estima que es considerablemente elevado por la multitud de usos recabados.
Según explicó el delegado, en muchas ocasiones, eran los propios usuarios los que los introducían confiados desde su ordenador personal, con la aparente seguridad de que los remiten a entidades de ahorro e inversión o de telefonía móvil.
El dinero acababa llegando a los estafadores virtuales, que ingresaban los fondos de particulares mediante transferencias bancarias telemáticas en cadena, intentando borrar todo rastro del robo en la red. En otras ocasiones, el resultado era recargas telefónicas con dinero ajeno.
Aunque no siempre estos estafadores deben servirse para realizar sus fechorías de la confianza de los ciudadanos, ya que su destreza también les permitía adentrarse en sistemas informáticos para obtener directamente los datos bancarios de terceros, porque "son verdaderos expertos con un dominio extraordinario de la técnica y un conocimiento profundo de los usos más habituales en la red", precisó Ripa.
CONSEJOS A LOS CIUDADANOS
Ripa lanzó un mensaje a los ciudadanos para que tengan "mucho cuidado" al introducir datos bancarios en el ordenador, ya que "miles de personas en el mundo viven de rastrearlos para obtener un lucro ilícito de ellos".
Por tanto, aconsejó que se limiten estas operaciones a servidores de plena garantía, más en estas fechas navideñas tan dadas a las compras, y "que tengan en cuenta que estos estafadores, aunque no lo hagan físicamente, perpetran robos virtuales".
Más en concreto, dijo, no se deben abrir mensajes de correo electrónico no solicitados o de procedencia desconocida; al navegar por internet se deben buscar páginas de confianza, avaladas si es posible por sellos o certificados de calidad; hay que utilizar siempre un software legal; y desconfiar de los mensajes llamativos o filantrópicos que piden que se reenvíen, así como de los mensajes de supuestas entidades bancarias. "Es obligado confirmar antes la operación por teléfono", concluyó.