La Iglesia no ha recibido notificación del Gobierno para tratar temas fiscales pero está dispuesta a "hablar y escuchar"

MADRID 6 Nov. (EUROPA PRESS) -

La Conferencia Episcopal Española (CEE) ha asegurado no haber recibido ninguna notificación para poner en marcha el grupo de trabajo para tratar temas fiscales, como el pago del IBI, o las inmatriculaciones, anunciado la semana pasada por la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, tras su reunión con el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, pero están dispuestos a "hablar y escuchar".

Así lo ha asegurado el vicesecretario para Asuntos Económicos de la CEE, Fernando Giménez Barriocanal, en declaraciones a Europa Press, al término de su intervención en el coloquio 'La Iglesia, la ética y el dinero' basado en el análisis del documento vaticano 'Oeconomicae et pecuniariae quaestiones', que ha tenido lugar este martes 6 de noviembre en el Club Financiero Génova, en Madrid.

En cualquier caso, Giménez Barriocanal ha asegurado la "disposición" de la Iglesia Católica a dialogar con el Gobierno y a buscar una "solución" si hay "algún problema". Además, ha precisado que, independientemente de la posible creación de este grupo de trabajo, desde su departamento de asuntos económicos de la CEE ya mantienen un diálogo habitual con el Ministerio de Hacienda.

"Estamos siempre dispuestos a hablar, a escuchar y, por supuesto, en el marco de las relaciones normales, a buscar, si hay algún problema, una solución. Ese es el marco en que nos movemos", ha precisado Giménez Barriocanal.

El pasado viernes en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, la vicepresidenta del Gobierno aseguró que crearán un grupo de trabajo para tratar temas fiscales, como el pago del IBI de los bienes inmuebles de la Iglesia, del que ahora está exenta.

"Encontré una respuesta absolutamente constructiva que vamos a materializar en grupos de trabajo comunes", concretó Calvo sobre su encuentro con Parolin.

Además, señaló que durante la reunión en el Vaticano, había trasladado la preocupación del Ejecutivo para encontrar una salida que permita a la Iglesia tributar en las condiciones en las que lo hace en otros países como Italia, donde consideran que hay una fórmula "interesante".