MADRID, 17 (EUROPA PRESS)
El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, afirmó hoy en la Comisión del Congreso sobre estos asuntos que el problema de la inmigración "no admite soluciones mágicas, ni se resuelve de la noche a la mañana", si bien advirtió de que "tiene arreglo, aunque es complicado y a medio plazo".
Esta cuestión volvió a ser objeto de enfrentamiento entre este representante del Gobierno y el PP, cuya portavoz en esta comisión, Alicia Sánchez Camacho, le exigió que admita el "fracaso" de las políticas emprendidas y el "efecto llamada" provocado por el último proceso de regularización de inmigrantes.
En línea con las acciones emprendidas hasta el momento por el Gobierno, Rubalcaba mantiene su apuesta por impulsar políticas de cooperación internacional y los convenios de repatriación, para hacer frente a la actual crisis migratoria y humanitaria que afecta al Archipiélago Canario. "Dejen ya lo del efecto llamada", asertó el ministro dirigiéndose al PP.
Retomando el argumento del diputado socialista Antonio Hernando, Rubalcaba apuntó que otros países como Malta, Italia, Grecia o Estados Unidos no han llevado a cabo procesos de regularización y a pesar de ello reciben inmigrantes de países como Albania, Túnez, Libia o México. "(La inmigración tiene) un motor imparable: la mezcla entre el hambre y la desesperación", manifestó apuntando que "ojalá fuera tan sencillo" el origen del problema como el efecto llamada.
Por otra parte, Rubalcaba coincidió con los nacionalistas canarios en que la inmigración es un problema de Estado y de la Unión Europea, dado que estas personas entran en las islas para posteriormente saltar a la península o a otros países de la UE. A este respecto, aseguró que el Gobierno llevará previsiblemente a un representante del Gobierno Canario a la cumbre euromediterránea sobre inmigración que se celebrará en julio en Rabat (Marruecos).
PP: "EXCESIVAMENTE GENERALISTA"
Por su lado, la portavoz del PP en la Comisión, Alicia Sánchez Camacho (PP), criticó a Rubalcaba por realizar una valoración "excesivamente generalista" sobre este problema y avisó de que "no se están presentando soluciones ni respuestas".
Para el PP esta situación se deriva del efecto llamada que provocó el último proceso de regularización y advirtió de que ya hay 1,3 millones de irregulares, según datos del INE, "después de que Zapatero quiso poner el contador a cero".
"Lo han hecho brillantemente. Mucho hablar mucho política de anuncio pero los problemas están ahí", asertó advirtiendo de que la inmigración es ya el segundo problema para los españoles, mientras que cuando gobernaba el PP, se encontraba en el noveno puesto, según el CIS.
Sobre la cuestión actual de Canarias, el PP duda que el Gobierno tenga detectados a todas las personas que pretende repatriar y recuerda que, además de las 'bolsas' de inmigrantes en centros del Archipiélago, se encuentran todavía los de Ceuta y melilla.
Sánchez Camacho volvió a referirse a la nota interna del CNI que ya alertaba de la situación en diciembre de 2005, e insinuó que el Gobierno no aporta información sobre la posible existencia de barcos nodriza con cayucos en su interior. "Tienen un gravísimo problema y han fracasado en su política sobre inmigración", asertó extendiendo el problema de las pateras a las fronteras nacionales por carretera y aeropuertos que, a su juicio, son "un coladero".
GARANTÍAS JURÍDICAS DE LAS REPARTIRACIONES
Por su parte, el presidente portavoz del Grupo Izquierda Verde (IU-ICV), Gaspar Llamazares, exigió al Gobierno que actúe "con mayor serenidad", "de forma humanitaria" y lleve a cabo las repatriaciones de inmigrantes "con garantías jurídicas". Llamazares pidió un "mensaje pedagógico" para los ciudadanos porque "estamos ante un problema de acogida y de integración".
A pesar de la actual crisis migratoria, Llamazares cree que "no sería bueno transmitir una imagen a los ciudadanos de que las instituciones están desbordados". Así, IU no comparte la "visión catastrofista" ante esta situación "al entender que forman parte de la realidad global de hoy" y rechaza que la política migratoria del Gobierno haya producido un "efecto llamada".