ROMA, 22 Abr. (EUROPA PRESS) -
La escritora e intelectual italiana Michela Murgia ha lamentado que las teólogas no tengan acceso a "crear doctrina", lo que perpetúa, a su juicio, una "jerarquía del todo masculina" en la Iglesia católica y relega a las mujeres a un segundo plano.
"La condición de la mujer en la Iglesia no cambiará mucho y estarán siempre marginadas y subordinadas hasta que las teólogas no tengan acceso al servicio para 'crear doctrina'. En una jerarquía del todo masculina, la doctrina es siempre competencia de los hombres que diseñan una Iglesia poco femenina", ha destacado Murgia.
Sus declaraciones se enmarcan en un espacio de la plataforma de Youtube llamado 'Corte de los Gentiles': un ciclo de conversaciones y entrevistas con escritores, pensadores y filósofos de renombre en Italia sobre conceptos como el misterio, lo sagrado, la fe y las religiones, pero abordados desde un punto de vista femenino.
La iniciativa, que lleva por título 'Las mujeres y lo sagrado', ha sido posible gracias a la colaboración y participación activa del Consejo de Mujeres del Pontificio Consejo para la Cultura del Vaticano y el Órgano Consultivo Internacional de los Jóvenes creado por el Papa en noviembre de 2019.
Murgia, que ha sido la encargada de abrir este tipo de entrevistas, ha defendido que mientras la narrativa de la salvación esté "en manos de un solo género, el masculino, la situación seguirá siendo discriminatoria para las mujeres".
"Podemos tener papas más o menos ilustrados, cardenales más o menos sensibles, sacerdotes más o menos capacitados, pero hasta que las mujeres accedan al servicio para producir doctrina --que produzcan un mensaje compartido para toda la Iglesia-- no veremos un cambio real", ha manifestado, añadiendo que hasta que eso se produzca el espacio de acción de la mujer serán siempre "concesiones y nunca revoluciones".
Murgia ha reconocido que en muchos sectores la Iglesia ha evolucionado mucho a lo largo de los siglos como en "la sensibilidad ecológica" y en la enseñanza sobre "el tema del trabajo", pero ha lamentado que "las cuestiones de género" todavía no están afirmadas o en una posición sólida "porque es difícil que el género privilegiado, el que tiene la única posibilidad de narración en la Iglesia, renuncie a esto de forma espontánea".
En este sentido, duda mucho que la revolución se lleve a cabo bajo este Pontificado. "Tendremos que esperar a un Papa loco o revolucionario. Creo en el espíritu, en los milagros", ha enfatizado.
Además, ha propuesto una lectura feminista del Evangelio que busque "todas las veces que el Evangelio ha sido instrumentalizado para legitimar sistemas de desnivel que no tenían ninguna base evangélica".
En concreto, ha puesto como ejemplo la "teología del dolor" que transmite la idea del "dolor" como "instrumento salvífico" y que aplicado "a la vida cotidiana de las mujeres" puede comportar "dificultades", por ejemplo, a "obtener la epidural" en el parto.
Finalmente, ha explicado que las mujeres en la Iglesia "siempre han sido un fermento" porque han forjado "espacios para la creatividad" que a menudo no les era permitido. "Mientras las palancas del poder teológico permanezcan firmemente en manos masculinas, los cambios inevitablemente serán lentos", ha concluido.
