SALAMANCA 21 Feb. (EUROPA PRESS) -
El consejero de Educación de la Junta de Castilla y León, Francisco Javier Álvarez Guisasola, instó hoy a las familias de los cuatro alumnos del colegio vallisoletano Macías Picavea que se muestran en contra de la presencia de crucifijos en el aula, a ser "tolerantes" y aseguró que la decisión de que las cruces permanezcan en el centro escolar "depende exclusivamente del Consejo Escolar, por lo que la Junta no intervendrá".
"El Consejo Escolar del centro es el que debe conciliar la convivencia en el mismo y si considera que no deben quitar los crucifijos estos cuatro alumnos deberían ser tolerantes", declaró Álvarez Guisasola, que aseguró que un crucifijo, "como cualquier signo representativo de una religión, tiene varias interpretaciones puesto que el simbolismo es individual, no lo dan los objetos sino las personas, por lo que para un católico significa veneración y para un agnóstico o pertenece a otra religión puede ser una obra de arte, o motivo ornamental".
En este sentido, el consejero consideró que la existencia de estos signos "está dentro de la convivencia del centro", por lo que insistió en tienen que ser los órganos que regulan la convivencia de los centros, en este caso el Consejo Escolar, los que tienen que determinar si se retira o no.
Así, aseguró que, a pesar de que "se predica mucho de la autonomía de los centros y cuando se hace una ley de Educación se dice que se va a recortar la autonomía de los mismos, cuando toca intereses minoritarios como este caso ya no gusta tanto la autonomía".
La Asociación Cultural Escuela Laica de Valladolid ha anunciado que acudirá a los tribunales para pedir la retirada de símbolos religiosos, como los crucifijos, del colegio vallisoletano si no prospera el recurso de alzada presentado ante el consejero de Educación.