Más de 200 estudiantes exigen en Madrid a Zapatero la destitución de Garmendia y el bloqueo del Plan

EP
Actualizado: miércoles, 4 marzo 2009 17:27


MADRID, 4 Mar. (EUROPA PRESS) -

Más de 200 estudiantes se manifestaron hoy en Madrid para exigir al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, la destitución de la ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, por su "desinterés" por los universitarios, y el bloqueo del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), más conocido como Plan Bolonia.

En una huelga convocada a nivel estatal en la madrileña Plaza Colón, el secretario general del Sindicato de Estudiantes, Thoil Delgado, reconoció que "no es de extrañar" que Garmendia, "antigua miembro de la CEOE" --Confederación Española de Organizaciones Empresariales-- y "votante del Partido Nacionalista Vasco" no tenga "ningún interés" por los estudiantes.

Rodeado de estudiantes con pancartas en contra de la "privatización de la educación pública", Delgado exigió al Gobierno que "congele la aplicación del Plan" y garantice que se "abra una mesa de negociación entre profesores, estudiantes y sindicatos" para la reforma "necesaria" de la enseñanza.

Tras las multitudinarias movilizaciones que los estudiantes protagonizaron el 22 de octubre y el 13 de noviembre del año anterior para mostrar su rechazo al EEES, Delgado insistió en que su aplicación supondría "una degradación muy fuerte" de la educación española, además de que su "privatización" supondrá la exclusión de "millones de hijos de trabajadores al acceso de la educación superior".

"Quién quiera tener un título, que realmente garantice un puesto de calidad, al acabar tendrá que cursar un master que podría alcanzar los 5.600 euros anuales. ¿Qué familia trabajadora, y más en crisis, puede pedir dos o tres millones de euros al banco para que puedan estudiar sus hijos?", se lamentó.

Por último, una joven aspirante a profesora que se unió a la marcha que recorrió el paseo de Recoletos hasta llegar al Ministerio de Educación, Política Social y Deporte, mostró su rechazo a este plan porque el Certificado de Aptitud Pedagógica (CAP), necesario para impartir clase, podría llegar a costarle ocho mil euros. "Me parece fatal porque es una pasta", reprochó.