BARCELONA 6 Abr. (EUROPA PRESS) -
Muchos de los menores marroquíes que emigran solos a Cataluña proceden de las zonas rurales del sur del país y vienen con el consentimiento e incluso el apoyo económico de sus familias, según concluye un estudio de la Fundación Jaume Bofill y realizado por las antropólogas Marta Comas y Violeta Quirosa.
La llegada de estos menores, que suelen tener entre 14 y 17 años, forma parte de un proyecto migratorio familiar con el que se busca la oportunidad de mejora "que su país no les brinda", según explicó Comas, durante la presentación del informe.
Se trata de un nuevo perfil de inmigración, que rompe los esquemas que se suelen tener de los menores inmigrantes, porque ya no son "jóvenes errantes" que vienen en pandilla y se lanzan a la aventura, sino que responde a una planificación y a un proyecto de futuro que tiene como objetivo la búsqueda de trabajo y el asentamiento.
Comas señaló que es necesario superar el "estigma social" que pesa sobre estos jóvenes, bajo la creencia de que son "revoltosos, siempre van en grupo y son moros". Este prejuicio hace que "se les tache de predelincuentes y problemáticos" y "dificulta mucho la inserción laboral de estos jóvenes", lamentó.
Otra de las características de los grupos más recientes de menores que llegan a Cataluña es que dan mucha importancia a sus familias, precisamente porque son éstas las que suelen preparar el viaje migratorio.
PIDE CENTROS DE ACOGIDA DE 24 HORAS.
El estudio concluye que este fenómeno constata que la protección a la infancia se convierte en una "grieta dentro del sistema legal" por el que se cuela la inmigración y añade que no se trata de una tendencia "coyuntural" sino "estructural", ante la que las autoridades deben impulsar "servicios estables y no de emergencia", para poder atenderles en condiciones.
Comas detalló que deben eliminarse los centros de día y de noche --que son los que acogen a los menores cuando llegan y hasta que estén resueltos los trámites sobre su tutela-- y transformarlos en residenciales, donde se garantice la atención y formación integral de los menores durante las 24 horas del día.
ABOGA POR REDUCIR LOS REPATRIACIONES.
También indicó que deben reducirse las repatriaciones, sobre todo los de frontera, ya que la Ley de Protección al Menor está por encima de la de Extranjería.
Sin embargo, consideró que este tipo de movimiento migratorio es "prematuro y de riesgo", por lo que "debe evitarse a toda costa". Comas sostuvo que las autoridades marroquíes son las que deberían iniciar urgentemente políticas educativas y de ayuda a las familias, para que los jóvenes ni sus familias vean en la emigración la única posibilidad para tener un futuro digno.
La llegada de menores marroquíes crece de modo sostenido y continuo y suele ser de 44 niños al mes, según los datos de la Dirección General de Atención a la Infancia y a la Adolescencia de la Generalitat. En noviembre de 2004, la Generalitat registró 384 llegadas, mientras que en noviembre de 2005, ascendieron a 483.