VALENCIA, 13 Oct. (EUROPA PRESS) -
El economista bangladeshí e impulsor de los microcréditos, Mohammad Yunus, que hoy ha recibido el Premio Nobel de la Paz, fue investido el pasado 26 de junio doctor honoris causa por tres universidades valencianas, la Universitat de València, Universidad Jaume I de Castellón (UJI) y Universidad de Alicante. En su discurso de aceptación, Yunus aseguró que "un mundo sin pobreza es posible" y se mostró convencido de que "conseguirlo es una cuestión de voluntad".
Mohammad Yunus ha obtenido hoy el Premio Nobel de la Paz 2006 "por sus esfuerzos para crear un desarrollo económico y social desde abajo" --según ha explicado la Academia-- a través del Grameen Bank, una entidad financiera que presta dinero a "clientes" que presentan una sola condición, ser pobres.
Con la investidura conjunta como doctor honoris causa, las instituciones académicas valencianas quisieron reconocer la labor de Yunus en favor de la erradicación de la pobreza y para que "los ciudadanos recuperen su autoestima al ver que se pueden llevar adelante sus iniciativas".
En su estancia en la Comunitat, Yunus expresó su "emoción" por este título, "una distinción muy especial desde cualquier punto de vista", dijo. El reconocimiento de las universidades supuso para el economista "un gran apoyo a escala mundial de la idea de que los microcréditos pueden ser una herramienta poderosa para que los más pobres descubran su propio potencial a la hora de superar la pobreza de una forma digna".
Asimismo, el ya Premio Nobel defendió la tesis de que "el mundo es como es por las formas de pensar que hemos heredado pero si acostumbramos nuestra mente a pensar de una manera diferente, entonces podremos crear otra clase de mundo". "Así, damos por hecho que siempre habrá personas pobres a nuestro alrededor pero es precisamente por este motivo por lo que continúa habiendo personas pobres, si de verdad creyéramos que la pobreza resulta inaceptable y que no tendrán que tener cabida en una sociedad civilizada, habríamos creado las instituciones y las políticas adecuadas para conseguir un mundo sin pobreza". "Cuando hay una cosa que conseguimos, mi sospecha es que, quizá, no es algo que deseemos lo suficiente", sentenció.
"CONCIENCIA DESCONECTADA"
El economista se mostró seguro de que "las obras benéficas no son la solución a la pobreza" porque, a veces, este tipo de actos "hacen que desviemos la atención de la esencia del problema, nos permiten continuar adelante con nuestras vidas sin que nos preocupemos por las vidas de los pobres, nos permiten continuar teniendo la conciencia desconectada".
Por su parte, el Gobierno valenciano aprovechó la vista de Yunus para anunciar su voluntad de impulsar el próximo año un "plan estratégico de intervención en colaboración con la Fundación que preside Mohammad Yunus para impulsar los microcréditos". Según declaró la consellera de Cooperación y Participación de la Generalitat, Gemma Amor.
Mohammad Yunus, economista por la Universidad Vanderbilt (Estados Unidos), nació en 1940 e impartió clases en Tennessee antes de regresar a su país natal --que acababa de independizarse-- para dirigir el Departamento de Economía Rural de la Universidad de Chittagong, cargo que ejerció hasta 1989.
En 1974, en medio de una profunda hambruna en Bangladesh --uno de los países más pobres y poblados del mundo--, el joven profesor Yunus propuso la creación de un sistema de aldeas rurales (el 'Gram Sarker', gobierno rural) que en 1980 fue adoptado oficialmente en 1980 por el propio Gobierno.
Fue gracias a este proyecto que el economista comprobó que sólo se podía superar la pobreza mediante un mecanismo de microcréditos solidarios sin garantía para que los sectores más pobres pudieran llevar a cabo actividades independientes y creativas. El resultado fue la creación, contra viento y marea y pese a la oposición de la banca de su país, del Grameen Bank ('Banco Rural'), que desde entonces ha beneficiado a tres millones y medio de personas, en su gran mayoría mujeres. El proyecto fue fundado en 1976, pero su autorización legal como banco de pleno derecho no llegó hasta 1983.
El mecanismo de funcionamiento del Grameen Bank es, cuanto menos, original. Para pedir un crédito la única condición es ser pobre. No se precisa aval ni experiencia laboral, la base es la confianza y se presta preferentemente a mujeres --el 95 por ciento de los prestatarios son mujeres--. Los créditos tienen un interés similar al de un banco normal y se piden en grupos de cinco personas.
Aparte, no hay abogados ni juicios por impago y se considera que el tres por ciento de los morosos no devuelve el dinero porque no quiera, sino porque no puede. Los empleados viajan por las aldeas explicando qué son los microcréditos y haciendo el seguimiento a los que ya están en curso.
El éxito del banco ha atraído el interés de otros países, en los que se han creado modelos similares para llevar a cabo la construcción del hábitat rural y de las escuelas. En 1996, Yunus fue galardonado por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) con el Premio Simón Bolívar.