Los obispos afean a los políticos sus "disputas inertes" ante las elecciones y avisan de la "grave desigualdad social"

Publicado: lunes, 19 abril 2021 13:41

MADRID, 19 Abr. (EUROPA PRESS) -

El presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) y cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, ha reprochado a los políticos sus "disputas inertes", coincidiendo con el inicio de la campaña para las próximas elecciones en la Comunidad de Madrid, y les ha pedido que afronten la "creciente y grave desigualdad social" en España.

"En España existe un creciente y grave problema que se llama desigualdad social. Este es un reto que tenemos que abordar para asegurar la dignidad de todos y la necesaria justicia social que es siempre garantía de paz social. No es momento para disputas inertes entre partidos políticos, no es tiempo para soluciones fáciles y populistas a problemas graves, no es el momento de defender intereses particulares", ha indicado el cardenal Omella, este lunes, en su discurso de inauguración de la Asamblea Plenaria de la CEE.

A su juicio, es el momento para "la verdadera política, que sume a todas las partes y que trabaje para el bien común" y para llevar a cabo "reformas estructurales que superen el vaivén de intereses electorales cortoplacistas". En este sentido, ha pedido no aprovechar la crisis humanitaria y social para "la consecución de intereses partidistas o su imposición ideológica".

Omella ha recordado que ya ha transcurrido más de un año de la pandemia de la Covid-19 "que suma cada vez más muertes y sigue constituyendo una amenaza para la salud de todos" y que "ha obligado a vivir bajo el régimen del temor, de la incertidumbre, de la desconfianza, de la sospecha".

Si bien, ha expresado su "esperanza" a medida que "las vacunas se van distribuyendo" y ha deseado que "se distribuyan a todos por igual y no sea una propiedad privada de unos pocos, sin hacer diferencias entre países ricos y países pobres". "El virus no lo podemos combatir aisladamente. Quizás sea la gran lección de esta situación", ha subrayado.

No obstante, frente a la creencia de que "todo volverá a ser lo mismo cuando pase la pandemia", Omella ha precisado que no será así pues quedará "un mundo herido, afectado muy desigualmente por la pandemia y, sobre todo, por la crisis económica que ha provocado".

"Lamentablemente, la pandemia ha acentuado los efectos de la crisis económica del 2008 y ha sacado a la luz pública muchas de las heridas que no habían cicatrizado", ha indicado, recordando que "una parte muy significativa de la población saldrá de esta crisis en una situación económica y social muy crítica".

INCIERTO FUTURO DE LOS ABULTADOS ERTE

En concreto, ha recordado que en España, el paro ha aumentado y afecta a casi cuatro millones de personas y también ha advertido del "incierto futuro" de los "abultados ERTE".

Si bien, ha remarcado que los que más están sufriendo son los más desfavorecidos, entre ellos, "sobre todo, los refugiados, los migrantes en situación irregular, las víctimas de la trata de personas, que la pandemia ha invisibilizado".

En este contexto, Omella ha asegurado la oración de los obispos por los gobernantes, aunque ha puntualizado que "la Iglesia no es una empresa, ni un partido político, ni un grupo de presión social, ni un lobby de poder, ni se identifica con ninguna ideología de este mundo".

En todo caso, "ante la tentación de algunos, que querrían apartar a la Iglesia del diálogo social, cultural y político", el arzobispo de Barcelona ha recordado el Concilio Vaticano II, en el cual se lee que "la comunidad política y la Iglesia son independientes y autónomas" pero que ambas "están al servicio de la vocación personal y social del hombre" y "lo realizarán con tanta mayor eficacia, para bien de todos, cuanto más sana y mejor sea la cooperación entre ellas".

"En este sentido, como señala el papa Francisco, nadie puede exigirnos que releguemos la religión a la intimidad secreta de las personas, sin influencia alguna en la vida social y nacional", ha subrayado.

COMPROMISO PARA PREVENIR LOS ABUSOS SEXUALES

Por otro lado, sobre los abusos sexuales y coincidiendo con la reciente aprobación en el Congreso de la ley de protección a la infancia, Omella ha asegurado el "incuestionable compromiso de la Iglesia con las nuevas normas de imputabilidad".

Asimismo, ha recordado la "progresiva creación de Oficinas para la Protección de menores en todas las diócesis" y ha subrayado la importancia de la formación de los futuros sacerdotes para "prevenir en la formación todo tipo de clericalismo y de futuros abusos ya sean sexuales, de conciencia o de poder".

Para el desarrollo de la pastoral vocacional, ha anunciado que uno de los proyectos de estos años será la creación de un Centro nacional de Vocaciones.

En cuanto a los retos de la Iglesia en España, el presidente de la CEE ha destacado la importancia de la atención a "los ancianos", a "las familias" y a "los migrantes".

"Nuestro país, en la frontera sur de Europa, vive especialmente esta situación, y últimamente los obispos de Canarias, ante el abandono de los migrantes que llegan sin cesar al archipiélago, han llamado la atención de la sociedad para que no vivamos anestesiados ante el dolor ajeno", ha enfatizado.

También ha alertado sobre la situación de los jóvenes que "no lo tienen fácil" con "un paro juvenil que ronda el 40%, con cursos académicos en circunstancias especiales que seguramente influirán desigualmente en su aprovechamiento" y para quienes "los confinamientos se hacen más insoportables" pues "necesitan espacios para el encuentro, para salir, hacer deporte".

Otro reto, según ha dicho, es "promover una ecología integral al servicio del bien común y de las personas" pues "el ser humano no se puede colocar en el centro como dueño absoluto de todas las cosas y explotar el mundo a su antojo mediante la ciencia y la técnica".

Finalmente, Omella ha pedido, "en estos momentos de tristeza y aflicción", por "el fin de la pandemia" y por los que se ven afectados más directamente por ella: por los fallecidos y sus familiares, los enfermos, los sanitarios, los que han perdido el trabajo y los padres que sufren por llevar adelante a sus familias.