MADRID, 11 Ene. (EUROPA PRESS) -
La última ola de frío polar y los sucesivos temporales de carácter atlántico que han dejado abundantes lluvias y nieves en toda España garantizarán la reserva de agua durante la primavera, dejando atrás la preocupación sobre una nueva sequía manifestada por el Gobierno el pasado mes de septiembre.
Así lo explicaron a Europa Press fuentes del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM), que apuntan que gracias a las últimas precipitaciones está garantizada tanto el agua para riego como para abastecimiento de la población durante la próxima estación, después del cambio registrado en el régimen de precipitaciones en las últimas semanas.
En la actualidad (a fecha 5 de enero), los embalses rozan el 60 por ciento de su capacidad total, con 31.945 hectómetros cúbicos de agua embalsada. No obstante, hace un año, las reservas todavía estaban más altas, por encima del 70 por ciento.
Sin embargo, el pasado mes de septiembre el volumen de agua de los embalses españoles había caído hasta el 44,4 por ciento, lo que disparó la alerta del Ejecutivo que, hace exactamente cuatro meses, el pasado 11 de septiembre, reconoció su "preocupación" ante la posibilidad de vivir en 2010 un nuevo periodo de sequía.
Así, la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, informó en Consejo de Ministros de la posibilidad de que un otoño e invierno secos pudieran dar lugar a restricciones en el suministro, especialmente en el sector agrario, a partir del mes de mayo.
"Si el régimen de precipitaciones del próximo año no supusiese un importante incremento de las reservas podría llegar a producirse un impacto en el sector agrario a partir del próximo mes de mayo", advirtió tomando como referencia un informe de la ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Elena Espinosa, sobre sequía e inundaciones.
Finalmente, el año 2009 concluyó con un 15 por ciento más de lluvias de lo normal, ya que a fecha de 29 de diciembre, el balance hídrico se situó en 255 litros por metro cuadrado de media, cuando lo habitual serían 221 litros por metro cuadrado, según datos de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). En este superávit han influido las abundantes precipitaciones registradas durante la semana de navidad, a las que hay que sumar las registradas a comienzos de 2010 debido a la ola de frío polar.