Padres de víctimas del exprofesor del Vallmont critican que el colegio no creyese sus denuncias

Juicio al profesor del Vallmont
EUROPA PRESS
Actualizado: martes, 24 enero 2017 11:13

Su hijo les contó que le hacía "cosas raras" dos años antes de que le detuvieran

MADRID, 24 Ene. (EUROPA PRESS) -

Varios de los padres de los alumnos que habrían sido víctimas del exprofesor del colegio Vallmont acusado de trece delitos de abusos sexuales se han quejado en los pasillos de la Audiencia de Madrid de que el colegio no apartó al docente de las clases a pesar de que denunciaron los hechos dos años antes de su detención.

Así lo han relatado los progenitores de un menor que sufrió supuestos tocamientos. Cuando el chico tenía 8 años, sus padres informaron al colegio de lo que estaba ocurriendo después de que su hijo les contara que su profesor "hacía cosas raras".

Esto ocurrió en enero de 2013. Pero el centro no les creyó, según han manifestado. Además, se han quejado de que nunca se han sentido arropados por el centro, ya que a su juicio han intentado tapar el caso. "Lo hemos pasado mal", ha reconocido una madre. Carlos I. fue detenido en febrero de 2015.

Mientras sus criticas se escuchan en los pasillos, el acusado está declarando en el juicio a puerta cerrada. Su abogado ha adelantado a la entrada que su cliente niega todos los hechos, indicando que aportará un informe que demostraría que los niños mienten.

Tras la declaración del procesado, se reproducirán las pruebas preconstitucidas que se realizaron en instrucción sobre las víctimas, algo que pretende evitar que los menores tendrán que volver a declarar y pasar un mal trago.

En su escrito de acusación, el fiscal solicita 71 años de cárcel para el exdocente, mientras que una de las acusaciones particulares reclama 91 años de prisión. En cuanto a la indemnización daños morales, la acusación particular pide la cantidad de 10.000 euros para cada niño y la "inhabilitación especial" del profesor, que supone 5 años más sin poder ejercer tras el cumplimiento de la pena de prisión.

Respecto a la Fiscalía, pide entre 5 y 6 años de prisión por cada uno de los presuntos abusos hacia los menores y una indemnización por daños morales de entre 1.500 y 3.000 euros para cada uno, lo que suma la cantidad de 27.600 euros. Asimismo, se solicita la pena de inhabilitación para el ejercicio de la actividad docente o cualquier profesión que implique contacto o relación con menores de edad.

En su escrito, el Ministerio Público subraya que, en su doble condición de tutor y profesor de 3ª y 4º de Primaria, el acusado se aprovechó de la confianza y admiración que despertaba en los menores de edad para "satisfacer sus más reprobables instintos sexuales".
El profesor, según la Fiscalía, "abusando de su condición de 3º y 4º de primaria del referido centro escolar, y en algunas ocasiones también de su condición de tutor de alguno de sus alumnos, y aprovechando la confianza y admiración que despertaba entre los mismos, durante los años 2010 a 2015, guiado en todo momento por el ánimo de satisfacer sus más reprobables instintos sexuales, procedió del modo siguiente", recoge el escrito de acusación.

Según el documento de la Fiscalía, la presunta actividad delictiva del ex profesor seguía siempre un patrón muy similar en todos los casos. Mientras impartía clases a niños de 8 y 9 años, llamaba a un determinado alumno y le pedía que se acercara a su mesa para corregir un dictado o los deberes. En ese momento, al parecer, invitaba al menor a sentarse sobre sus piernas y "aprovechando que lo que pasaba sobre la mesa del profesor no podía ser visto por los demás alumnos", realizaba tocamientos por encima de la ropa del menor o metía su mano por dentro del pantalón y el calzoncillo.

El Fiscal recoge que este tipo de conducta la hacía de forma "reiterada" con el mismo alumno y durante los dos años que cursaba 3º y 4º de Primaria. Unas veces se limitaba a "tocar el culo del alumno y a pellizcarle", y en otras "le chupaba o le mordía la oreja". Se indica además en el escrito de acusación del Fiscal que no siempre se limitaba a ese tipo de conductas, sino que también se atrevía a tocarles en la zona genital. Los "reprobables" instintos sexuales del profesor le llevaron incluso a hacer cosquillas a sus alumnos por dentro de la ropa y darles "besos en el cuello".