Los países africanos sienten "vergüenza" ante el tratamiento de la muerte de Gadafi, según misionero español en Niger

Misionero Español En Niger
MANOS UNIDAS
Europa Press Sociedad
Actualizado: domingo, 6 noviembre 2011 13:13

MADRID 6 Nov. (EUROPA PRESS) -

Los países africanos han sentido "vergüenza" por la forma en que se ha tratado la muerte del exdirigente libio, Muamar Gadafi y el modo "violento" de actuar porque se le tenía "un cierto respeto", según ha explicado el misionero español en Niger Rafael Marco.

En este sentido, Marco ha indicado, en declaraciones a Europa Press, que existe "un desconocimiento muy grande" de la situación que se vive en estos países y que lo que se está diciendo en occidente "coincide muy mal" con lo que se vive allí porque, en realidad, "se ha criticado mucho y la gente se ha escandalizado mucho sobre el modo en que se ha tratado la muerte de este hombre".

"Es verdad que Libia estaba gobernada por un señor que era un terrorista o lo que sea, pero la reacción de todos los países africanos, de los presidentes, no ha sido ni mucho menos como la ONU nos lo ha presentado", ha destacado, al tiempo que ha precisado que tampoco lo han defendido, pero sí han observado una actitud "muy imperialista, muy agresiva" y una manera "violenta y tremenda de actuar".

De hecho el misionero, ha apuntado que la manera de actuar "seguramente sea también muy interesada" porque, según ha indicado, hay mucho petróleo en Libia y "muchos intereses". Concretamente, sobre la figura de Gadafi, ha destacado que "se le respetaba" porque "ha ayudado mucho a los países africanos, sobre todo a los del Sahel que son muy pobres, y les ha ayudado más que occidente".

En el marco de este "desconocimiento", ha apuntado que mientras se hablaba mucho de las pateras que salían de Libia hacia Italia, "cientos de miles de personas" volvían a países como Níger, Chad o Mali a través del desierto. "No es hacia occidente, Italia, Francia, es hacia el desierto. De eso nadie habla", ha subrayado.

COMERCIO DE ARMAS

Tampoco se habla, a su juicio, de la "inestabilidad" que puede crear el "agravante" que supone la ubicación en estas zonas de patrullas de Al Qaeda organizadas con grupos de tuareg a su disposición y del comercio de armas extendido por todo el desierto.

Además, ha afirmado que cree que ese desconocimiento es "voluntario" y está "orientado hacia unos intereses concretos, hacia una visión de la realidad que tiene poco que ver con esta, intereses de occidente, que vienen de lejos, intereses económicos" y ha puesto como ejemplo unas minas de uranio que hay en el norte del país.

Además, ha puntualizado que el conflicto en Libia ha ocasionado una pérdida "grande" de ingresos para Níger de donde eran originarios muchos trabajadores migrantes asentados en Libia, donde algunos tenían cargos "de cierto relieve" --oficiales del Ejército-- que enviaban sus sueldos a Níger y eran "una ayuda importante". Así, ha indicado que durante las últimas décadas unas 250.000 personas tuvieron que volver por la guerra.

Asimismo, ha apuntado que también se habla de un comercio a través del desierto con Libia "de cierta importancia" de rebaños de cabras, y otros animales que también "se ha venido abajo".

HAMBRUNA

No obstante, el principal problema que atraviesa Níger, uno de los países más pobres del mundo, en estos momentos, son las hambrunas que aparecen "cíclicamente" pues se trata de una zona que no produce lo suficiente para alimentar a toda la población, menos aún en los últimos 15 ó 20 años en los que se ha doblado el número de habitantes que son unos 15 millones.

Tras una hambruna "bastante grande" en los años 2009 y 2010, ha sobrevenido otra "quizá no tan grave" pero que ha dejado por el momento un déficit en la cosecha de unas 500.000 toneladas de cereal, según ha explicado.

Concretamente, ha apuntado que en Tera, ciudad lindante con la frontera de Burkina Faso, donde este misionero trabaja en la Sociedad de Misiones Africanas, para dar formación, alimentación y asistencia a un centenar de niños y a sus familias, la cosecha, que se recoge ahora, se estima entre un 60 y un 70 por ciento menos de lo normal, de forma que en uno o dos meses la situacion puede ser "bastante difícil".

En Níger, la mayor parte de la población es musulmana, aunque la constitución lo presenta como un estado laico que respeta el resto de religiones, según ha remarcado Marco, que ha añadido que siempre le ha "admirado" el trabajo de la Iglesia allí y el respeto que se le tiene.

Manos Unidas ha alertado de que ya son varios los organismos internacionales que advierten sobre la situación en Níger y ha avisado a la comunidad internacional de que "está todavía a tiempo de actuar para que Níger no pase a engrosar la lista de países africanos afectados por la hambruna". "Se trata de prevenir el problema y no de buscar una solución cuando el daño ya está hecho", ha subrayado.

Contenido patrocinado