El Papa advierte a los cristianos de la vida "estéril" que prefiere "apoltronarse en el sillón de las ganancias"

El Papa Francisco saluda a una religiosa en la Plaza de San Pedro
INSTAGRAM
Actualizado: domingo, 15 octubre 2017 12:26

ROMA, 15 Oct. (EUROPA PRESS) -

El Papa ha advertido a los cristianos de los comportamientos que prefieren "apoltronarse en el sillón de las ganancias" porque la vida del creyente para no volverse "estéril" debe basarse en el amor.

"Si se pierde el amor, la vida cristiana se vuelve estéril... un conjunto de principios y leyes que hay que cumplir sin saber por qué", ha exclamado el Pontífice.

Francisco ha hecho estas consideraciones en una ceremonia en el Vaticano en la que ha proclamado santo al sacerdote español Faustino Míguez, fundador del instituto calasancio Hijas de la Divina Pastora.

Así, el obispo de Roma ha alertado de las actitudes que prefieren "apoltronarse en el sillón de las ganancias, de los placeres, de algún hobby" porque así "se envejece rápido y mal, se envejece por dentro". "Dios es lo contrario al egoísmo, a la autorreferencialidad. Él, nos dice el Evangelio, ante los continuos rechazos que recibe, sigue adelante, no pospone la fiesta", ha subrayado.

El Pontífice ha centrado su homilía en las actitudes que prefieren tomar distancia ante las injusticias "no por maldad, sino porque se prefiere lo propio, las seguridades, la comodidad". En este sentido, ha alertado de que "cuando el corazón no se dilata, se cierra, envejece".

Durante la ceremonia de este domingo, el Papa, además del sacerdote español, también ha proclamado a otros 34 nuevos santos: los llamados "tres niños Mártires de Tlaxcala (México)", asesinados entre 1527 y 1529, así como un grupo de 30 brasileños, considerados los primeros mártires del país, y el capuchino italiano, Angelo da Acri.

Para el Pontífice argentino, la vida cristiana es "una historia de amor con Dios". "Dios no pierde nunca la esperanza, no pospone la fiesta, nos sigue invitando, a todos nosotros", ha añadido.

En suma, el Papa ha alertado durante la celebración solemne de los peligros que conlleva "una vida cristiana rutinaria, que se conforma con la normalidad, sin vitalidad ni entusiasmo, con poca memoria". Así, frente a esa actitud ha señalado que la vida cristiana "es una magnífica oportunidad para responder a la invitación de Dios. "Cuando todo depende del yo, de lo que me parece, me sirve, quiero... se acaba siendo personas rígidas y malas, se reacciona de mala manera por nada", ha agregado.

Por otro lado, ha advertido de que Dios no se conforma con que se cumplan los deberes o las leyes. "Quiere que tengamos una verdadera comunión de vida con El, una relación basada en la confianza", ha concluido.

Leer más acerca de: