MADRID 6 Ago. (EUROPA PRESS) -
El Papa Francisco indica que la crisis económica y de valores así como el creciente número de "ajenos" y alejados de la fe hacen "más urgente" anunciar "con valentía" el Evangelio, en su mensaje con motivo de la 87 Jornada Mundial de las Misiones, que se celebrará el próximo 20 de octubre, poco antes de que finalice el Año de la Fe.
Concretamente, apunta que en áreas "cada vez más grandes" de las regiones tradicionalmente cristianas "crece" el número de los que son "indiferentes" a la dimensión religiosa o que se ven "animados por otras creencias". En este marco, señala que "no es raro que algunos bautizados escojan estilos de vida que les alejan de la fe".
Asimismo, remarca que llevar el mensaje de Jesús es necesario en medio de la actual "crisis" que afecta a "la economía, las finanzas, la seguridad alimentaria, el medio ambiente" pero también "al sentido profundo de la vida y los valores fundamentales".
También se refiere a las "tensiones y conflictos que causan inseguridad y fatiga para encontrar el camino hacia una paz estable" y a la movilidad generalizada por motivos de trabajo, intercambios profesionales y culturales, turismo y otros fenómenos que dificultan la tarea de las comunidades parroquiales.
"En esta situación tan compleja, donde el horizonte del presente y del futuro parece estar cubierto por nubes amenazantes, se hace aún más urgente el llevar con valentía a todas las realidades, el Evangelio de Cristo, que es anuncio de esperanza, reconciliación, comunión", remarca el Pontífice.
NO ES "VIOLENTAR LA LIBERTAD"
En esta línea, el Papa Francisco invita a toda la Iglesia a anunciar con "fervor" el Evangelio y asegura que llevarlo a los demás no es "violentar la libertad". "Siempre debemos tener el valor y la alegría de proponer, con respeto, el encuentro con Cristo", sugiere al tiempo que cita a Pablo VI.
Asimismo, admite que la obra de evangelización encuentra obstáculos "no sólo fuera, sino dentro" de la comunidad eclesial pues, a veces, "el fervor, la alegría, el coraje, la esperanza en anunciar a todos el mensaje de Cristo y ayudar a la gente a encontrarlo son débiles". Además, advierte de que, con frecuencia, lo que se destaca y se propone es "la violencia, la mentira, el error".
Ante esta situación, el Pontífice exhorta a las iglesias a "dar relieve" a la dimensión misionera en los programas pastorales y formativos y a tener en cuenta que "la misionariedad no es sólo una dimensión programática, sino también paradigmática que afecta a todos los aspectos de la vida cristiana".
CRISTIANOS "AISLADOS, ESTÉRILES"
En este sentido, subraya que la Iglesia debe proclamar "sin descanso" la Palabra de Dios saliendo del propio ambiente para llevarla también a las "periferias", especialmente, a aquellas donde no conocen a Cristo y advierte de que quienes guardan para sí mismos el mensaje de Jesús se convertirán en "cristianos aislados, estériles y enfermos".
Por otra parte, el Papa repite que la Iglesia "no es una organización asistencial, una empresa, una ONG" sino "una comunidad de personas, animadas por la acción del Espíritu Santo" e invita a las iglesias más ricas en vocaciones a ayudar "con generosidad" a las que sufren por su escasez.
Finalmente, recuerda a los cristianos que, en diversas partes del mundo, se encuentran en "dificultades para profesar abiertamente su fe y ver reconocido el derecho a vivirla con dignidad" que son, según ha indicado, "aún más numerosos que los mártires de los primeros siglos". "Deseo asegurarles que me siento cercano en la oración a las personas, a las familias y a las comunidades que sufren violencia e intolerancia", afirma.