El Papa afirma que la Iglesia no debe sorprenderse si es "rechazada, aplastada o herida"

Actualizado: martes, 27 enero 2015 12:02

Arremete de nuevo contra la globalización de la indiferencia y defiende que Dios no es indiferente al mundo

ROMA, 27 Ene. (EUROPA PRESS) -

El Papa Francisco ha advertido, en su mensaje de Cuaresma, de que la Iglesia no debe no debe sorprenderse si es "rechazada, aplastada o herida" al tiempo que ha instado de nuevo a los cristianos a combatir "la globalización de la indiferencia".

El mensaje de la Cuaresma, que comienza el próximo miércoles 18 de febrero -miércoles de Ceniza-, lleva el lema 'Fortalezcan sus corazones' y ha sido adelantado este martes por el Vaticano.

Francisco afirma que la Iglesia es "la mano" que tiene abierta la puerta entre Dios y el hombre a través de "la proclamación de la Palabra, la celebración de los sacramentos y el testimonio de la fe que actúa por la caridad".

Por ello, ha explicado que "la Iglesia no debe sorprenderse si es rechazada, aplastada o herida" porque, para el Pontífice "el mundo tiende a cerrarse en sí mismo y a cerrar la puerta a través de la cual Dios entra en el mundo y el mundo en Él". Sin embargo, el Papa ha defendido que "Dios no es indiferente al mundo, sino que lo ama hasta el punto de dar a su Hijo por la salvación de cada hombre".

También ha lamentado que la "actitud egoísta" y "de indiferencia" ha alcanzado actualmente "una dimensión mundial" y ha pedido a los cristianos una "renovación, para no ser indiferentes y para no cerrarse en sí mismos".

En el documento, fechado el 4 de octubre, día de San Francisco de Asís, el Papa insta a los católicos a que tengan un corazón "misericordioso, vigilante y generoso, que no se deje encerrar en sí mismo y no caiga en el vértigo de la indiferencia".

CORAZÓN MISERICORDIOSO, NO DÉBIL

En este sentido ha explicado que "tener un corazón misericordioso no significa tener un corazón débil" y ha dicho que "quien desea ser misericordioso necesita un corazón fuerte, firme, cerrado al tentador, pero abierto a Dios".

"Ocurre que cuando estamos bien y nos sentimos a gusto, nos olvidamos de los demás (algo que Dios Padre no hace jamás), no nos interesan sus problemas, ni sus sufrimientos, ni las injusticias que padecen. Entonces nuestro corazón cae en la indiferencia: yo estoy relativamente bien y a gusto, y me olvido de quienes no están bien", ha lamentado el Obispo de Roma.

EL HOMBRE NO PUEDE SALVAR EL MUNDO SOLO

Además, ha advertido contra la "tentación diabólica" de omnipotencia que hace creer al hombre que puede salvar el mundo solo. Así, el Papa ha renovado su llamamiento a combatir lo que ha definido una vez más como "globalización de la indiferencia" y ha propuesto tres pasajes de la Biblia para meditar acerca de la renovación que ha pedido a los católicos y afrontar "el desafío más urgente".

'Si un miembro sufre, todos sufren con él' es el primer mensaje sobre el que ha señalado que "la caridad de Dios" rompe esa "cerrazón mortal de la indiferencia" y ha recordado que "sólo se puede testimoniar lo que antes se ha experimentado". De este modo, señala que en la persona que sigue a Cristo "no hay lugar para la indiferencia".

'¿Dónde está tu hermano?' es la frase a través de la cual el Pontífice pide a los cristianos que crucen el umbral que les pone en relación con la sociedad que la rodea, con los pobres y los alejados". En este sentido, ha afirmado que "la Iglesia por naturaleza es misionera, que no debe quedarse replegada en sí misma, sino que debe ser enviada a todos los hombres".

SATURADOS DE SUFRIMIENTO, INCAPACES DE INTERVENIR

Por último, el Papa ha llamado a superar "la tentación de la indiferencia" fortaleciendo los corazones. "Estamos saturados de noticias e imágenes tremendas que nos narran el sufrimiento humano y, al mismo tiempo, sentimos toda nuestra incapacidad para intervenir", ha lamentado.

En esta línea, se ha preguntado qué se puede hacer para no dejarse "absorber por esta espiral de horror y de impotencia". La solución, a su juicio, pasa por la oración y la caridad. "No olvidemos la fuerza de la oración de tantas personas", ha expresado al tiempo que ha recordado la iniciativa de oración '24 horas para el Señor', que se celebrará en toda la Iglesia, también a nivel diocesano, los días 13 y 14 de marzo.

"La Cuaresma es un tiempo propicio para mostrar interés por el otro, con un signo concreto, aunque sea pequeño, de nuestra participación en la misma humanidad", ha concluido.

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