Foto: REUTERS
ROMA, 6 Mar. (EUROPA PRESS) -
El Papa Francisco se ha reunido con el clero de Roma al que ha advertido de que "los sacerdotes asépticos no ayudan a la Iglesia". "La Iglesia de hoy puede compararse con un hospital de campaña; necesitamos curar las heridas. Hay muchas personas heridas, por problemas materiales, por escándalos, incluso en la Iglesia. Gente herida por las ilusiones del mundo. Nosotros, sacerdotes tenemos que estar ahí, al lado de estas personas. Misericordia significa, ante todo curar las heridas, no un análisis; después se le harán cuidados especiales, pero primero hay que tratar las heridas abiertas.¿Conocéis las heridas de vuestros feligreses? ¿Estáis cerca de ellos?", ha preguntado.
De este modo, cuestionaba sobre el significado de ser sacerdote y ha explicado que éste se conmueve delante de las ovejas, como Jesús, cuando veía a la gente cansada y agotada como ovejas sin pastor. Ha recordado cómo el sacerdote, siguiendo la imagen del Buen Pastor, es un hombre de misericordia, de compasión, cercano a su gente y servidor de todos.
"En particular, el sacerdote muestra las entrañas de la misericordia en la administración del sacramento de la Reconciliación; lo demuestra con toda su actitud, con la manera de acoger, de escuchar, de aconsejar, de absolver ... Pero esto depende de cómo él mismo vive el sacramento en primera persona... Si lo vive dentro de sí, en su propio corazón, puede también darlo a los demás en el ministerio", ha dicho.
En todo caso, ha advertido de que en el Sacramento de la Reconciliación, misericordia significa "ni manga ancha, ni mano dura". "La verdadera misericordia se preocupa por la persona. Y el sacerdote realmente misericordioso se comporta como el Buen Samaritano. Ni el laxo ni el riguroso hacen crecer la santidad", ha señalado.
Igualmente, ha apuntado que sufrimiento pastoral significa sufrir con y por las personas, como un padre y una madre sufren por sus hijos, y me permito decir incluso con ansia.
Francisco ha compartido con el clero varias preguntas que le ayudan cuando un sacerdote se le acerca. "¿Tú lloras? ¿Cuántos de nosotros lloran ante el sufrimiento de un niño, ante la destrucción de una familia, delante de tantas personas que no pueden encontrar el camino?¿Tú lloras, o en este presbiterio hemos perdido las lágrimas? ¿Lloras por tu gente?", ha enumerado.
El Obispo de Roma ha asegurado que no estaban en aquel encuentro para hacer un buen ejercicio espiritual de inicio de Cuaresma, sino para "escuchar la voz del Espíritu que habla a toda la Iglesia". Al mismo tiempo, ha criticado que se olvida con "demasiada rapidez".
"En parte es inevitable, pero el gran contenido, las grandes intuiciones y las consignas al pueblo de Dios no podemos olvidarlas. Y la divina misericordia es una de ellas. Nos corresponde a nosotros, como ministros de la Iglesia, mantener vivo este mensaje sobre todo en la predicación y en los gestos, en los signos, en las decisiones pastorales, por ejemplo, en la elección de devolver prioridad al Sacramento de la Reconciliación, y al mismo tiempo, a las obras de misericordia", ha destacado.