ROMA, 25 Ene. (EUROPA PRESS) -
El Papa ha arremetido contra los que intentan "dividir a las personas" al tiempo que ha señalado que la división "nunca es de Dios, es del diablo", durante la misa que ha celebrado con motivo del día en que se celebra la fiesta de la Conversión de San Pablo, que coincide con la clausura de la Semana de Oración por la Promoción de la Unidad de los Cristianos.
"Dividir nunca es de Dios, sino del diablo", ha señalado el Papa tras reflexionar sobre el episodio del Evangelio en el que un doctor de la Ley, se dirige a Jesús llamándolo 'Maestro', aunque en realidad "no quiere dejarse instruir por él, sino 'ponerlo a prueba', y le pregunta qué debe hacer para heredar la vida eterna".
"Hacer para heredar, hacer para tener: he aquí una religiosidad distorsionada, basada en la posesión más que en el don, donde Dios es el medio para obtener lo que quiero, no el fin a amar con todo el corazón", ha señalado el Pontífice.
Francisco ha subrayado que Jesús "no responde teorizando", sino "con la parábola del buen samaritano", en la que es quien le da sentido a la palabra "prójimo" es, precisamente, "un hereje, un samaritano". "Esto permite a Jesús concluir que la pregunta correcta no es '¿quién es mi prójimo?' sino: '¿me hago yo prójimo?'", ha aseverado el Papa, porque "solo este amor que se convierte en servicio gratuito, sólo este amor que Jesús proclamó y vivió, acercará a los cristianos separados los unos a los otros".
El Pontífice ha celebrado la misa ecuménica en la Basílica de San Pablo Extramuros, ante el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, primado anglicano, con quien se ha reunido esta mañana y con quien enviará en misión a cincuenta obispos católicos y anglicanos con el mandato de conocerse mejor y de desarrollar una mentalidad ecuménica.
En la celebración también estaban presentes el metropolita Policarpo, en representación del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, los miembros de la Comisión mixta internacional para el diálogo teológico entre la Iglesia católica y las Iglesias ortodoxas orientales, que celebran su vigésimo aniversario, y los obispos católicos y anglicanos que participan en la reunión de la Comisión internacional para la unidad y la misión de los cristianos.
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