ROMA, 20 May. (EUROPA PRESS) -
El Papa Benedicto XVI recordó hoy al Gobierno español que en sus acuerdos con el Vaticano se establece que "la enseñanza de la religión católica se impartirá en condiciones equiparables a las demás disciplinas fundamentales", al tiempo que defendió el valor del matrimonio y la familia en la sociedad para que ésta no se vea "ofuscada por otras formas o instituciones diversas".
El Pontífice, que recibió hoy las cartas credenciales del nuevo embajador español ante la Santa Sede, Francisco Vázquez, recordó que "la Iglesia impulsa a los creyentes a que amen la justicia y participen honestamente en la vida pública o profesional con sentido de respeto y solidaridad" y que está "comprometida en la promoción y defensa de los derechos humanos".
Asimismo, subrayó que la Iglesia "pone todo su empeño, con los medios que le son propios" en que no se violen los Derechos Humanos, "tanto por parte de los individuos como de las instituciones". Por ello, añadió, "la Iglesia proclama sin reservas el derecho primordial a la vida, desde su concepción hasta su ocaso natural, el derecho a nacer, a formar y vivir en familia, sin que ésta se vea suplantada u ofuscada por otras formas o instituciones diversas".
En este sentido, consideró que su presencia en el Encuentro Mundial de las Familias que se celebrará en Valencia el 8 y 9 de julio próximos, "me dará oportunidad de celebrar la belleza y la fecundidad de la familia fundada en el matrimonio, su altísima vocación y su imprescindible valor social".
Por otra parte, defendió "el derecho inalienable de las personas a profesar sin obstáculos, tanto pública como privadamente, la propia fe religiosa, así como el derecho de los padres a que sus hijos reciban una educación acorde con sus propios valores y creencias, sin discriminación o exclusión explícita o encubierta".
En este sentido, recordó al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero que el Acuerdo entre el Estado español y la Santa Sede sobre la enseñanza y asuntos culturales, "establece que la enseñanza de la religión católica se impartirá en condiciones equiparables a las demás disciplinas fundamentales", al tiempo que calificó de "motivo de satisfacción" la gran demanda de la enseñanza de la religión católica en las escuelas públicas españolas.
El Papa resaltó, por otra parte, las "numerosas obras asistenciales, en todos los campos y con gran amplitud de miras" que se realizan actualmente en España y consideró que, "puesto que esta labor no se inspira en estrategias políticas o ideológicas encuentra en su camino personas e instituciones de cualquier procedencia, sensibles también al deber de socorrer al desvalido, quienquiera que sea". Así, agregó, "basándose en este 'deber de humanidad', la colaboración en el campo de la asistencia y ayuda humanitaria ha conseguido muchos logros, y es de esperar que se fomente cada vez más".
REFORZAR LAS RELACIONES
El Pontífice aprovechó su discurso para destacar las "multiseculares relaciones diplomáticas entre España y la Santa Sede" que, según él, "reflejan el vínculo constante del pueblo español con la fe católica". En este sentido, consideró que "la gran vitalidad que la Iglesia ha tenido y tiene" en España constituye "una invitación especial a reforzar dichas relaciones y fomentar la colaboración estrecha entre ella y las instituciones públicas, de manera respetuosa y leal, desde las respectivas competencias y autonomía, con el fin de lograr el bien integral de las personas que, siendo ciudadanos de su patria, son también en gran medida hijos muy queridos de la Iglesia".
Para terminar, y tras transmitir sus "mejores deseos de prosperidad y de bien espiritual" para el Rey Don Juan Carlos, la Familia Real, el Gobierno español y los españoles, expresó a Vázquez sus "mejores deseos en el desempeño de la alta misión que se le ha encomendado, para que las relaciones entre España y la Santa Sede se refuercen y progresen, reflejando el respeto y el entrañable afecto de tantos españoles por el Papa".