SANTANDER, 9 Ago. (EUROPA PRESS) -
El portavoz del PP en la Comisión de Interior del Senado, Ignacio Cosidó, aseguró hoy que, de salir adelante, la denominada Ley de la Memoria Histórica supondría "romper con los principios de la Transición" y "abrir heridas" que ya estaban "cerradas". Sin embargo, para el diputado nacional del PSOE Mario Bedera esta ley, que "se acabará aprobando con un amplio respaldo", afirmó, "no pretende romper" la convivencia nacida en la Transición, que, por otro lado, "nunca significó olvido", dijo.
Así lo indicaron ambos durante el debate 'Ley de la Memoria Histórica versus reconciliación nacional' de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), que estuvo moderado por la delegada de la agencia Efe en Cantabria, Soledad Álvarez, y contó también con la participación del hispanista y escritor Ian Gibson, que se mostró a favor de resarcir "la gran injusticia" de que "durante los 40 años del franquismo los ganadores pudieron buscar a sus muertos, localizarlos y darles un entierro decente" y "los perdedores" no tuvieran "esa posibilidad".
A juicio de Gibson es "normal" que "las personas que tengan a sus abuelos enterrados en una cuneta como perros quieran encontrarlos" y consideró que "todo buen católico" o persona "de derecha moderada" debería entenderlo. "Todas las personas rojas o azules queremos enterrar a nuestros muertos", insistió.
Para el senador del PP, el intento, por parte del Gobierno, de sacar adelante el proyecto de ley es "un profundo error" porque "centra el debate en una de las páginas más negras" de la historia de España, cuando hay otras "prioridades". Además, "supone romper los principios de la Transición", al generar "una gran división política" y "un gran enfrentamiento social". "Basta echar un vistazo a los debates parlamentarios" al respecto para ver "lo negativo de esta ley", añadió.
Así, y aunque opinó que esta ley beneficiaría "al Gobierno por sus réditos electorales", manifestó que está generando "una guerra de esquelas" y debates "contraproducentes" para "la convivencia" de los españoles.
Por el contrario, el diputado del PSOE y miembro de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, apuntó que el proyecto de ley del Gobierno nació de una comisión interministerial en la que se escuchó a las asociaciones de recuperación de la Memoria Histórica y también a la Falange Española.
Igualmente, aseguró que "no pretende romper" la convivencia "ni en su texto aparece" el concepto de 'memoria histórica' más que para recomendar la creación del Centro de la Memoria Histórica, que "enriquecería" al Archivo de Salamanca y recibiría "cajas de documentos" de otros países, como Rusia, que después estarían disponibles "para los historiadores y para los ciudadanos".
Así, y recalcando que la futura ley no pretende imponer "un tipo de memoria histórica", explicó que lo que se persigue es "la retribución de la memoria personal", porque "la Transición no significó nunca el olvido, fue un acuerdo" por el bien "de la democracia", que estaba "en peligro". "Ahora es el momento de afrontar esto con un rango de ley", continuó.
En el mismo sentido, Bedera apuntó que también existe una razón "generacional" para abordar este asunto ahora, ya que "los hijos de la guerra estaban asustados y les dolían demasiado las heridas" y, sin embargo, "los nietos de la guerra, la segunda generación," pueden afrontarlo "con más objetividad". A estas razones sumó el socialista el momento internacional de "revisión de los regímenes" después de la caída del Muro de Berlín y el desarrollo en España "de los derechos de tercera generación".
Con todo, para el representante del PP, desde la Transición ya se han desarrollado "múltiples procesos de reconciliación" y "reconocimiento de todos aquellos que fueron encarcelados, asesinados, enjuiciados "de manera injusta" y mediante procesos "sin las garantías mínimas exigibles".
A su juicio, en España "se ha hecho mucho desde el 75 por la reconciliación" y "todo por consenso de las fuerzas democráticas" y, sin embargo, este proyecto de ley es "excesivamente parcial" por "centrar su foco de atención sobre las víctimas de un bando".
Por el contrario con la introducción de este proyecto de ley se genera "una enorme división y política social", puesto que "ni siquiera los socios parlamentarios del Gobierno están de acuerdo con el texto del Gobierno", aunque "precisamente por motivos opuestos a los del PP".
SOCIEDAD DIALOGANTE Y ESCUCHANTE
Para Gibson este es el momento para abordar el reconocimiento de las víctimas de los perdedores de la Guerra Civil, por ser "el periodo de la historia de España más estable". Desde su punto de vista, "esta sociedad no estará del todo tranquila hasta que este problema no se resuelva, no con crispación, no con revanchismo, ni guerracivilismo, sino con sed de normalidad y de justicia".
El hispanista, que arrancó los aplausos del público que acudió al debate de la UIMP en cada una de sus intervenciones, afirmó que "debería haber un acuerdo de Estado para que estos cuerpos sean rescatados y decentemente enterrados". "No veo dónde está el problema", dijo, lamentando "la crispación generada por el PP, no por todo el PP, sino por algunos líderes".
De este modo, solicitó "magnanimidad a la derecha", algo que fue rechazado por Cosidó, que aseguró no sentirse identificado "con ninguno de los contendientes de la Guerra Civil".
A pesar de lo anterior, Gibson insistió en que sería "aberrante" que "el Estado a estas alturas no interviniera en esta situación". "No veo guerracivilismo", recalcó, deseando que España sea "un país tranquilo donde las cosas se debatan tranquilamente, sosegadamente, donde cada uno esté en su sitio, pero escuchando". "Tenemos que volver a ser una sociedad dialogante y escuchante", insistió.
SÍMBOLOS FRANQUISTAS
Preguntados por los periodistas tras el turno de intervenciones, acerca de qué pasará con los símbolos franquistas que aún perviven en edificios públicos, el diputado del PSOE indicó que el proyecto de ley "deja muy claro" que "no quedará ningún tipo de símbolo que exalte a ninguno de los dos bandos" y que en el Valle de los Caídos no podrán volver a celebrarse "los actos de exaltación del régimen franquista", cosa que "en la tramitación esto puede cambiar todavía".
Para el senador del PP este tema "está socialmente superado". "Lo único que podemos hacer los políticos introduciendo este tema en el debate es estropearlo", manifestó.
Por último, para Gibson "el golpe de julio del 36 fue un crimen contra la legalidad democrática establecida y unos criminales los que lo hicieron, encabezados por el general Franco", por lo que aseguró que no le gusta ver la estatua ecuestre de Franco "en la plaza del Ayuntamiento de Santander", porque le genera "una sensación negativa, de tristeza" y es "ofensiva para mucha gente".
Finalmente, preguntados por la intención de la Xunta de Galicia de declarar el pazo de Meirás, donde veraneó Franco durante 36 años, como bien de interés cultural y la negativa de la familia, los representantes de PP y PSOE coincidieron en señalar que ese es un problema que deberán resolver ambas partes. Gibson, a colación de este tema, se mostró más preocupado porque las administraciones competentes salven la casa de su amigo, el Premio Nobel Vicente Aleixandre, en Madrid.