Un preso del centro penitenciario de Zuera (Zaragoza) ingresa en el hospital tras nueve días en huelga de hambre

Actualizado: miércoles, 27 julio 2011 21:16

ZARAGOZA/TERUEL, 27 Jul. (EUROPA PRESS) -

Un preso del centro penitenciario de Zuera (Zaragoza), Javier G.C., de 24 años de edad, ingresó este lunes en el Hospital Miguel Servet de la capital aragonesa por recomendación del médico de la prisión al comprobar que tenía taquicardias y mareos tras permanecer nueve días en huelga de hambre.

Según ha informado Heraldo de Aragón, en su edición de hoy, el joven comenzó su protesta el 19 de julio, momento desde el que estaba en huelga de hambre y sed, si bien el viernes 22 lo convencieron para ingerir líquidos.

Natural de Cádiz, Javier G.C. tiene condenas acumuladas de 16 años por varios delitos de robo e inició su ayuno tras ser sancionado por la dirección del centro penitenciario por un problema que tuvo en la prisión.

Durante una visita a Teruel para asistir a la reunión de la Junta de Seguridad celebrada con motivo del Gran Premio de MotoGP que tendrá lugar en septiembre en Alcañiz, el delegado del Gobierno en Aragón, Javier Fernández, ha explicado que no se han producido novedades sobre el estado de salud de este preso en las últimas horas.

En declaraciones a los medios de comunicación, Fernández ha detallado que fueron los servicios médicos del centro penitenciario de Zuera los que "han decidido trasladar al preso al Miguel Servet", después de que "hace dos o tres días" decidiera "no ingerir ningún líquido". De momento, ha dicho el delegado del Gobierno, "no hay novedades respecto a su estado de salud".

Por otra parte, Javier Fernández se ha referido al fallecimiento de un preso de la cárcel de Teruel que permanecía en huelga de hambre desde hace cinco meses, para indicar que este suceso no cambia la forma de actuar ante estos hechos.

En este sentido, ha remarcado que "siempre se actúa igual" en estos casos, lo que implica que "cuando una persona decide voluntariamente dejar de comer o de beber se pone en manos de los servicios médicos y se le alimenta por vías".

El caso del fallecimiento de este preso en Teruel, que ha calificado de "hecho desgraciado", no se puede comparar con el de Zaragoza, ha apuntado, para concluir diciendo que "por desgracia este tipo de actitudes son más frecuentes de lo que se puede imaginar".