Quiero que mi hijo sea feliz

Un hombre juega con su hijo en el mar
Foto: REUTERS
Actualizado: jueves, 14 diciembre 2017 11:55

MADRID, 18 Feb. (EDIZIONES) -

Calle concurrida. Caminas. Una niña sonriente y bien abrigada se cruza contigo. Os miráis. Le sacas la lengua. Te sonríe y devuelve el gesto. ¿No te ha pasado?

Los adultos tratamos de hacer sonreír a los niños. No importa si son padres, tíos, abuelos, amigos o simplemente personas que andan por la calle. Unos con muecas, otros con carantoñas. El objetivo aparentemente es sencillo, sacarles una sonrisa. Tendemos a asociar que un niño sonriente es un niño feliz. Además, existen otras necesidades básicas y fundamentales para su crecimiento y felicidad a tener en cuenta, algunas de ellas son:

- La interacción con los padres es fundamental. Los niños disfrutan jugando con ellos, contándoles cuál es el último cromo que han conseguido, cómo les han salido las multiplicaciones en clase y dónde será la próxima excursión. El Libro Blanco de la Psiquiatría del niño y adolescente defiende que en la acción de ir a la escuela y todo lo relacionado con ella, influye la actitud de los padres y también de los docentes. Este hecho ayuda a incrementar las competencias, mejorar la resiliencia y reducir el acoso psicológico, la ansiedad y la depresión.

- El niño necesita jugar al salir del colegio, celebrar cumpleaños con sus amigos, disfrutar, participar en deportes de equipo, pasar tiempo y experiencias en familia, realizar actividades lúdicas e ir adquiriendo responsabilidades y autonomía conforme a su edad.

Los niños necesitan aprender conceptos, adquirir conocimientos y destrezas en el colegio. La formación académica es una parte más que les hace crecer, claramente importante pero no primordial.

- Según un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) (INEE, 2014) los niños españoles dedican 1.6 horas más que la media de estudiantes europeos cada semana al estudio, están más en el colegio y entran a una edad más temprana, sin obtener mejores resultados académicos. Más tiempo en el colegio no implica necesariamente mayor capacidad. El desarrollo del niño depende de la experiencia y conocimientos que adquiera en varios ámbitos. El colegio es solo uno de ellos.

- Es necesario cumplimentar un buen método de estudio con un buen desarrollo de habilidades sociales, afectivas, estrategias de afrontamiento y buena comunicación. ¿Cómo lo conseguimos?

ALGUNAS CLAVES PARA QUE EL DESARROLLO DEL NIÑO SEA ÓPTIMO 

- Escucha, observa y valida los sentimientos positivos y negativos que genera en el niño cada experiencia que vive. Reconócele lo que siente interaccionando con él, confirmando que sus emociones son coherentes con lo que está viviendo. El niño avanza rápido en su desarrollo evolutivo, alcanzando hitos en el crecimiento físico y psicológico. Así, también adquirirá la seguridad que necesita.

- Presta especial atención a la comunicación no verbal con él. La postura corporal, la escucha activa, la mirada focalizada en él y el contacto físico son importantes. Si te enseña su último dibujo trata de prestarle atención. Es tan importante aprender a leer y a sumar como que sepa atarse los cordones solo. Si no es atendido en los pequeños detalles el niño se puede sentir rechazado o ignorado, percibiendo que no todos sus logros son positivos e importantes.

- Atiéndele y reconfórtale. Si escuchas lo que te quiere trasmitir y cómo expresa sus sentimientos le estás confirmando lo que aprende y, a la vez, le estás preparando para el siguiente aprendizaje.

- Refuérzale siempre. La buena nota del último control realizado, el gol que ha marcado en el recreo y acabar a tiempo el desayuno, son éxitos muy importantes para un niño, quizá no tanto para el adulto. Vuestras realidades son diferentes, lo que para ti es algo cotidiano puede ser un hecho extraordinario para él.

- Déjale experimentar. Necesita caerse, mancharse e incluso romper algún objeto. De todo ello aprende. Encuentra el límite de la protección. Consiste en encontrar el equilibrio, no es un todo o nada. Valorar en cada momento el aprendizaje que saca el niño de cada situación. Es tan importante que se sienta protegido como no sobreprotegido. Es una de las asignaturas más difíciles cuando hay niños cerca, recuerda que "no hay padres perfectos".

- Tolera tu frustración. Llegará manchado, romperá cosas de valor, te enfadará. Al igual que no hay padres perfectos, no hay niños perfectos. Trata de ver la realidad a través de sus ojos. Es necesario que vea las cosas que puede mejorar, "enseñar es aprender dos veces",  señaló Joubert.

Los niños se desarrollan viviendo y aprendiendo de cada experiencia. Necesitan caerse al intentar subir al tobogán. Es un requisito para poder acceder al siguiente escalón, volver a caerse cuando baje del tobogán. No podemos medir objetivamente cuánta felicidad siente un niño, sí contribuir durante su infancia a un desarrollo pleno.

Como dijo Rousseau, "la infancia tiene sus propias maneras de ver, pensar y sentir; nada hay más insensato que pretender sustituirlas por las nuestras".

María Martín Vivar
Psicóloga

Leer más acerca de: