MADRID, 14 Oct. (EUROPA PRESS) -
El RACC ha alertado de que alrededor de 1.300 mujeres embarazadas han sido atendidas en España, durante el año 2014, por accidente de tráfico. Este es uno de los datos destacados de un informe que analiza los cambios en el patrón de movilidad durante el embarazo en el país, por el que se estima la siniestralidad entre las mujeres gestantes y sus fetos, para delimitar y cuantificar este problema sobre la seguridad vial.
Con la colaboración del Catsalut (Emergències Mèdiques) y la Fundación Faros de Sant Joan de Deu, también se ha realizado una encuesta de opinión, donde se pone de manifiesto que un 88 por ciento de las encuestadas consideran una cuestión importante su movilidad
durante el embarazo, en contraste con un 40 por ciento de ellas, que percibe que la sociedad no valora suficientemente estos aspectos relativos a su movilidad.
Del mismo modo, más del 90 por ciento no usan o abandonan los vehículos de dos ruedas (moto y bicicleta) para adoptar "actitudes de mayor prudencia". Es decir, cambian su forma de moverse y admiten que prefieren andar o ser llevadas en coche antes que usar el transporte público o conducir.
El estudio indica, además, que a medida que avanza el embarazo disminuye la proporción de mujeres que conducen a la mitad, mientras que el porcentaje de pasajeras se triplica.
En el primer caso, el cinturón de seguridad sigue siendo un elemento fundamental de seguridad vial (99 por ciento de uso) y un 46 por ciento utilizan adaptadores para el cinturón de seguridad. En este sentido, un 42 por ciento de las encuestadas admiten que los conocen pero no los han usado y un 12 por ciento no los conocen.
RACC apunta que, los hábitos que más se acentúan durante la conducción, junto con el uso del cinturón, son circular a menor velocidad y dejar mayor distancia de seguridad.
UNA MOVILIDAD MÁS CÓMODA Y SEGURA
En cuanto a su situación a la hora de moverse, las embarazadas valoran que sería más cómodo y seguro si se facilitaran aparcamientos más anchos o transportes públicos más cómodos. También facilitando un buen estado de las aceras o de las vías públicas en general.
Los expertos han identificado 3 colectivos de mujeres embarazadas según las actitudes que adoptan respecto a la movilidad. Las que mayor porcentaje representan (un 52%) son aquellas que "afrontan las dudas y
miedos con información proactivamente", le siguen las que "afrontan la movilidad con tranquilidad" (25%), y a las que "la incertidumbre y los miedos le causan limitaciones de movilidad" (23%).
Ante estos resultados, RACC aconseja a las mujeres ir con la actitud de que la movilidad durante el embarazo "no es un problema" sino "distinta" y les pide que "acepten las limitaciones temporales". "Muévete conforme a tus posibilidades", recomienda el club automovilístico.
Del mismo modo, sugiere que se eliminen o reduzcan al mínimo los modos de transporte con mayor riesgo, como los vehículos de dos ruedas, y señala que no hay que renunciar al transporte público. Por el contrario, si la embarazada decide conducir, debe fiarse de sí misma, según los expertos, que apuntan que "las mujeres tienen un menor riesgo al volante y la gestación aporta un 'plus' de prudencia".
En este caso, se insiste en que no se debe dejar de usar el cinturón de seguridad y que se usen los accesorios de retención homologados para embarazadas. "No incurras en conductas de riesgo y evita el exceso de velocidad, el alcohol y las drogas o sustancias que puedan alterar tu capacidad de percepción", apunta RACC.
CONSEJOS A LA ADMINISTRACIÓN
Por otra parte, el estudio se dirige a la Administración con sugerencias para garantizar la movilidad segura de las mujeres embarazadas, como invertir en su calidad de vida durante esta etapa; mejorar la información sobre aspectos de movilidad que recibe la mujer
embarazada; o estudiar la implantación de iniciativas para evidenciar el embarazo de una mujer, como algún icono o logotipo, con el fin de acrecentar el respeto y reconocimiento social a la embarazada.
Además, piden hacer los espacios públicos más amables, seguros y confortables. En este sentido, señalan que los baches en las carreteras o calzadas urbanas constituyen una molestia para este colectivo, así como las bandas rugosas o los pasos elevados para reducir la velocidad de ciertas vías urbanas que, a su juicio, deberían adaptarse para reducir el posible impacto sobre la embarazada.
Finalmente, indican que las plazas de aparcamiento normales resultan incómodas para las gestantes avanzadas por lo que, en su opinión, deberían habilitarse unas de mayor dimensión y habilitar zonas de aparcamiento regulado siempre y cuando se acreditara la condición de embarazada.
En el transporte público, plantean crear o enriquecer los mensajes sobre la disponibilidad de plazas reservadas y la obligatoriedad de cederlas a las embarazadas, fomentar una conducción "suave" en los distintos medios de transporte público; y mejorar la ergonomía de las plazas en el transporte público urbano destinadas a embarazadas, gente mayor y personas con movilidad reducida.
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