Rouco Varela despide al arzobispo Suquía encomendándolo a la Virgen de la Almudena, de la que era "devoto excepcional"

Actualizado: sábado, 15 julio 2006 17:48

MADRID, 15 Jul. (EUROPA PRESS) -

El cardenal arzobispo de Madrid, monseñor Antonio María Rouco Varela, presidió este mediodía en la madrileña Catedral de la Almudena la misa funeral y el posterior entierro del arzobispo emérito de Madrid, Ángel Suquía, fallecido el pasado jueves en su domicilio de San Sebastián a los 89 años de edad.

A la homilía acudieron, entre otros, la directora general de Asuntos Religiosos, Mercedes Rico Godoy; el vicepresidente segundo de la Comunidad de Madrid, Alfredo Prada; el primer teniente alcalde y la concejala de Asuntos Sociales del Ayuntamiento de la capital, Manuel Cobo y Ana Botella, respectivamente; el eurodiputado 'popular', Jaime Mayor Oreja, así como altas autoridades aclesiásticas, como el presidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Blázquez, o el arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares, entre otros.

Durante la homilía, el cardenal Rouco Varela afirmó que el arzobispo Ángel Suquía "ha pasado por la muerte para estar con Cristo y recibir del Padre el premio eterno", tras lo cual se encomendó a la a la Virgen de la Almudena a su "devoto excepcional", el arzobispo Suquía.

La capilla de San Isidro, situada detrás del altar, fue el lugar elegido para dar sepultura al religioso, que se ha convertido así en la primera persona enterrada en la Catedral de la Almudena, la misma que él ayudó a finalizar.

Una vez finalizada la Eucaristía, Prada destacó que el cardenal Suquía era "un hombre muy vinculado a la Comunidad", cuyas labores pastorales han quedado "como parte integrante de la historia de la Iglesia de España y de la historia de la reciente Comunidad de Madrid".

Por su parte, el eurodiputado Mayor Oreja consideró de él que no era "un arzobispo cualquiera", sino que fue "el primer cardenal post transición de España" cuyas acciones han dejado consecuencias que están hoy muy presentes en la Iglesia española.