SALAMANCA 10 Mar. (EUROPA PRESS) -
El cardenal-arzobispo de Madrid, Antonio Rouco Varela, recibió hoy la Medalla de Oro de la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA) en reconocimiento a la labor desempañada en la Institución Académica y que significó, según explicó el rector de la misma, "la restauración de las facultades de Teología y Derecho Canónico tras desaparecer en la desamortización".
Rouco Varela, alumno, profesor, decano de la Facultad de Teología, vicerrector y presidente del Patronato de la UPSA, fue uno de los encargados del renacer de las facultades de Teología y Derecho Canónico tras regresar de Munich (Alemania), donde completó sus estudios para regresar a la capital del Tormes y "transmitir la novedad que había recibido en la escuela de Derecho Canónico alemana", señaló el presidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Blázquez.
Por su parte, Rouco Varela, que agradeció la distinción, aseguró que el oficio de vice-gran canciller o presidente del Patronato de la Universidad "no abre excesivos espacios para prestar una ayuda inmensa", al tiempo que señaló si existe algún valor en los servicios prestados a la UPSA, pasan por "animarla y apoyarla en la persecución del ideal eclesial y universitario".
Asimismo, a lo largo de su discurso, el cardenal-arzobispo de Madrid se refirió a la historia de la Institución Académica y recordó que el resurgimiento de la misma comenzó en 1941 cuando al entonces obispo de Salamanca, Enrique Pla y Deniel decidió devolver al mundo universitario los estudios superiores de las ciencias sagradas por excelencia, Teología y Derecho Canónico, desaparecidas de los centros de estudios superiores de España a finales del siglo XIX.
"La ciudad salmantina había sido una de las cunas del nacimiento de la Institución Universitaria en el Medievo clásico europeo en torno a la investigación de la Teología y el Derecho", señaló Rouco Varela, que aseguró que este hecho hizo de la capital charra uno de los foros de "mayor irradiación del pensamiento y de la cultura españolas en la Edad Moderna europea".
En 1972 la UPSA inició un periodo de re-constitución jurídica, académica y eclesial y comienza a salir de una "verdadera crisis de subsistencia", explica Rouco Varela, que destaca como factores desencadenantes de la crisis a la que se vio sometida la Institución el fenómeno generalizado de las revueltas estudiantiles del 68, así como el cambio cultural de los valores humanos y espirituales del mundo occidental en la primera posguerra mundial.
Finalmente, el cardenal-arzobispo de Madrid destacó como años claves los que van desde 1969 a 1971, en los que se crean las facultades orientadas al estudio y cultivo de las ciencias humanas y crece la comunidad universitaria en número y dotación de recursos técnicos y científicos.
"Se trata de un momento en el que crecen las posibilidades académicas para responder al ideal eclesial que inspiró su renovación postconciliar, promover con la investigación y la docencia la creación de un pensamiento cristiano en sintonía plena con las propuestas y los objetivos pastorales de la Iglesia", concluyó Rouco Valera.