MADRID, 23 Nov. (EUROPA PRESS) -
La Unión Europea celebra hasta el 26 de noviembre la Semana Europea de la Reducción de Residuos con actividades y campañas en las que pide a los consumidores de los Veintisiete Estados miembro que adopten pautas de consumo sostenible de los recursos y para la reducción de residuos, justo coincidiendo con la acción comercial del 'Blackfriday', que se celebra el último viernes de noviembre aunque en algunos establecimientos la campaña se alarga unos días más.
La iniciativa europea está impulsada por autoridades públicas, locales, regionales y comunitarias que incluye a ciudadanos, empresas, ONG, asociaciones y otras entidades que organizan distintas actividades para la sensibilización sobre la importancia de reducir desechos.
Entre las entidades que apoyan la Semana Europea de la Reducción de Residuos figura Amigos de la Tierra, cuya responsable de recursos naturales y residuos, Adriana Espinosa, ha denunciado en declaraciones a Europa Press que el 'Black Friday' es una de las estrategias de las "grandes marcas" para iniciar al "sobreconsumo", que lleva al ciudadano a comprar cosas que no satisfacen "verdaderas necesidades".
Así, considera perjudicial esta jornada que "impulsa la rueda compulsiva del comprar-usar-tirar", que perjudica a los "bolsillos, al planeta y a los derechos de las personas y comunidades en toda la cadena de valor".
"Mientras los residuos generados continúan creciendo, contaminando y dañando la salud de las personas en todo el mundo, estamos derrochando recursos naturales que son finitos y que se están agotando (agua, energía, minerales necesarios para la transición energética)", denuncia Espinosa.
Sin embargo, no cree que se pueda culpabilizar a los consumidores sino a las grande empresas, a las que acusa de estar detrás de esta "incitación al consumo compulsivo". A su juicio, estas grandes empresas son las que "únicas que verdaderamente se benefician" y sitúa entre los responsables a las políticas "permisivas" que no abordan el problema.
Por ello, Amigos de la Tierra aboga por adoptar leyes que garanticen productos más sostenibles, duraderos y reparables (por ejemplo, la directiva sobre el derecho a reparar o el reglamento de ecodiseño), regulación sobre la publicidad para evitar la llamada "obsolescencia percibida" (el "fast fashion") y normas que obliguen a las grandes empresas a respetar los derechos humanos y ambientales allá donde operen, para dejar de externalizar el verdadero coste de los productos que consumimos. "El sobreconsumo es parte integral del sistema, así que las soluciones individuales siempre serán insuficientes", apostilla.
En el marco del 'Black friday', Greenpeace ha publicado una investigación realizada durante meses en los que puso un sistema de geolocalización prendas que se depositaron en los contenedores municipales de recogida de ropa y de dos cadenas textiles.
Así, la ONG denuncia que tanto las grandes marcas como los ayuntamientos utilizan los mismos gestores, que se dedican a exportar la ropa a miles de kilómetros a países de Asia, África o Sudamérica donde la reutilización no está asegurada, ya que sólo pudo localizar 29 prendas que fueron adquiridas en una tienda de segunda mano en Rumanía.
La responsable de la investigación en Greenpeace, Sara del Río, explica que han comprobado que la gestión que se hace de la ropa que se deposita en contenedores se aleja mucho de la economía circular que buscan.
"El modelo actual necesita de países del Sur Global para producir ropa y luego gestionar los residuos que se generan al desecharla, viajando miles de kilómetros. Mientras esto no cambie la segunda vida de la ropa será más una estrategia de la industria para que sigamos comprando ropa sin remordimientos en días como el Black Friday que una realidad", ha advertido.
Del Río añade que la organización ecologista detectó la existencia de un circuito "irregular" de gestión de residuos textiles, que se escapan a la gestión autorizada por los ayuntamientos, que tienen la competencia de la recogida selectiva de residuos.
Por ello, la ONG defiende que su investigación evidencia la necesidad de "cambiar radicalmente" el modelo de producción y consumo de ropa y evitar caer en "falsas soluciones o parches" que retrasen este cambio.
Igualmente, recuerda que a partir de 2025 las marcas de ropa estarán obligadas a realizar una gestión efectiva de la ropa usada para que no suponga un problema medioambiental y social cada vez mayor, pero Greenpeace pide que esta actuación vaya acompañada de una reducción "drástica" de la producción, un aumento de la durabilidad y la calidad de las prendas.
Por su parte, Ecologistas en Acción llama a sumarse a la huelga de consumidores, el 'Día sin compras', que se organiza desde 1992 y que este año, quiere hacer boicot comercial a Israel como herramienta de presión política para frenar la guerra con Gaza.
Finalmente, Ecologistas en Acción llama especialmente a boicotear las marcas que están situadas junto a Israel en el conflicto y a que los consumidores apuesten por pequeños comercios de proximidad frente a las grandes marcas y superficies que producen de forma deslocalizada, ofrecen productos baratos, minimizan el pago de impuestos y tienen a sus trabajadores en condiciones precarias.