Semana Santa.- La plaza de San Isidoro de León acogerá hoy la ceremonia pública del desenclavo de Cristo

Actualizado: sábado, 15 abril 2006 11:23

LEÓN, 15 Abr. (EUROPA PRESS) -

La plaza de San Isidoro de León acogerá hoy la ceremonia pública de desenclavo de Cristo, ante la Puerta del Perdón de la Real Colegiata de San Isidoro, en representación del momento en que Jesús es descendido de la Cruz y llevado al sepulcro.

Esta procesión, organizada por la cofradía del Santo Cristo del Desenclavo, saldrá a las 17.00 horas del patio del colegio Leonés, frente a la Iglesia de Santa Marina la Real, y recorrerá las calles Serranos, plaza del Vizconde, plaza de Regla, calle Ancha y Cid, hasta la plaza de San Isidoro.

La comitiva está encabezada por la Ronda, con el Guión de la cofradía anunciando a golpe de sonido al Crucificado. Le siguen los cofrades, escoltando y acompañando los tronos del 'Santo Cristo del Desenclavo', el túmulo mortuorio donde será depositado una vez descendido de la Cruz, y 'Nuestra Madre María Santísima del Desconsuelo', cerrando el cortejo.

La plaza de San Isidoro se llena para ver como los Hermanos desenclavadores, ante la puerta del Perdón de la Colegiata, retiran la corona de espinas al Cristo, mientras entonan el llamado Canto de las Llagas, unos versos cantados relacionados con el desenclavo de Jesús y que fueron recuperados en los inicios de la cofradía del pueblo leonés de Tendal de Sobarriba.

Una vez desprendida la corona de espinas, le quitan los dos clavos y, finalmente, cuando liberan sus pies, descienden con un sudario el cuerpo de Cristo para presentarlo a su madre, representada en la imagen de 'Nuestra Madre María Santísima del Desconsuelo' (Jesús Azcoitia, 1998).

La expresión doliente de la imagen del 'Santo Cristo del Desenclavo' al ser descendido por los cofrades de la Cruz, logra romper la barrera de lo humano y lo divino, ante los ojos de los cientos de leoneses y turistas que cada año siguen este acto.

Se produce entonces el momento más emotivo de la procesión, cuando la Virgen hace una reverencia a su hijo y se lo llevan para envolverlo con un sudario y descansarlo en su lecho.

En el trono donde se levanta la Cruz vacía del cuerpo descendido, se coloca ahora la imagen de una Piedad, la Virgen con su hijo muerto en el pecho, que irá delante del túmulo mortuorio representando el momento en que María recoge el cuerpo de su hijo recién descendido para llevarlo al sepulcro.

A continuación, la procesión retoma el paso por la cuesta de San Isidoro, Ramón y Cajal, calle de la Abadía, plaza de Santo Martino, Puerta Castillo y Corredera, para finalizar de nuevo en el colegio Leonés.