MADRID, 30 Mar. (EUROPA PRESS) -
La construcción de nuevas infraestructuras hidráulicas no figura entre las medidas que los españoles consideran más eficaces para afrontar una sequía como la que afecta a buena parte de España. Por el contrario, es el ahorro de agua la que mayoritariamente se considera en primer término, y además, los encuestados por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) predican con el ejemplo, ya que un 80 por ciento afirma que pone en práctica medidas para no malgastar el liquido elemento en su actividad cotidiana. Por otra parte, la población teme mucho más una catástrofe de origen terrorista que tecnológica o natural.
Según el barómetro de febrero del CIS, presentado hoy, a la pregunta de cuáles serían las medidas más efectivas para afrontar la sequía en España, con un máximo de tres respuestas, un 47,7 por ciento cita el ahorro de agua, mientras un 15,3 por ciento apuesta por construir pantanos, y un 15,2 por poner en marcha trasvases. Un porcentaje similar mencionó las campañas de concienciación. Por otro lado, sólo un 8,4 por ciento defiende restringir el consumo, y un 7,2 propone eliminar campos de golf.
Sobre la conducta ante este problema de los encuestados, un 77,4 por ciento lo considera un asunto de preocupación inmediata; y un 48,9 declara que pone en práctica medidas domésticas para economizar agua, y otro 33,6 dice que lo hace algunas veces.
UN ATENTADO, LA CATASTROFE QUE MÁS SE TEME
La encuesta del CIS, realizada del 20 de febrero al 2 de marzo sobre 2.500 entrevistas, revela que los españoles temen mucho más una catástrofe originada en un acto terrorista o bélico (un 49 por ciento está muy o bastante preocupado), que otras derivadas de fenómenos naturales como terremotos, inundaciones e incendios (un 30,8 por ciento); o tecnológicos como vertidos industriales o químicos o un accidente nuclear (un 38,3 por ciento).
Concretamente, si se pregunta cuál es la situación de riesgo más probable que el encuestado puede sufrir, un 15,8 por ciento cita directamente el terrorismo, y un 15,4 los incendios forestales. Es más, del 63 por ciento de encuestados que afirma haber sido afectado en alguna ocasión por una catástrofe, la tercera más mencionada es el terrorismo (por un 13,9 por ciento), por detrás de las inundaciones (29,8) e incendios forestales (23,8).
Sobre el caso concreto de los incendios forestales, el 30,1 por ciento considera que detrás de estos siniestros se esconden motivos económicos o la especulación; mientras un 24,4 cita la negligencia y el 23,9 lo atribuye a pirómanos. Más de la mitad opina que existe poca cultura sobre cómo cuidar el bosque, y el 50,5 por ciento desconocía las medidas adoptadas el verano pasado por el Gobierno tras el trágico incendio de Guadalajara.
En todo caso, existe un amplio respaldo a la prohibición de encender fuego en espacios abiertos (76,9 están muy o bastante de acuerdo), prohibir fumar en el monte (83,2), impedir el uso de vehículos a motor en bosques (72,1 por ciento), e incluso limitar el acceso de personas en algunas zonas (65,2 por ciento). Ante una catástrofe natural o situación de emergencia, un 47,4 por ciento de los encuestados declara que ha donado alguna cantidad de dinero a las campañas organizadas para las zonas afectadas; y roza el 70 por ciento los que han donado ropa o alimentos.
