ROMA, 24 Abr. (EUROPA PRESS) -
El Observador Permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas, el arzobispo Bernardito Auza, ha exigido un firme compromiso para la erradicación de la violencia sexual contra las mujeres en los conflictos armados, durante su intervención en el organismo internacional el pasado 15 de abril en el debate abierto por el Consejo de Seguridad sobre el tema 'Mujeres, paz, seguridad'.
En este sentido exigió que haya mayor preocupación ante "la violación como arma de guerra". "Adaptando una observación de Su Santidad, una caída de la Bolsa de dos puntos es noticia de primera plana, mientras la violación de cientos o incluso de miles de mujeres pasaría inadvertida", lamentó.
Por otro lado, el nuncio Vaticano denunció que en muchos países se usa el aborto como "respuesta" a las agresiones padecidas por las mujeres. "Es siempre doloroso ver que algunos continentes siguen promoviendo el aborto como parte del tratamiento o de la respuestas a las agresiones padecidas por las mujeres. Esto contradice la misión de paz y seguridad de las Naciones Unidas y propone responder a la violencia con otra violencia", criticó.
"No se ahorra a las mujeres ninguna de las consecuencias brutales de la guerra y, además, se ven sometidas a agresiones extremadamente degradantes y traumizantes cuyas repercusiones son duraderas. Por tanto, es justo y razonable que su voz se escuche e influya en la tarea de prevención y resolución de la violencia y la guerra", señaló en su discurso.
Aúza aseguró que la guerra moderna va acompañada de violencias sexuales de varios tipos y puso algunos ejemplos como las "mujeres violadas y convertidas en objeto de comercio, obligadas a la prostitución para ganarse la vida, aterrorizadas individualmente y en su papel de protectoras de sus hijos y de otros familiares indefensos".
"Toda violencia contra la vida humana es terrible, pero la violencia sexual está concebida para degradar, deshumanizar y desmoralizar. Las consecuencias son profundas y duraderas, tanto física como psicológicamente", sentenció.
BOKO HARAM Y ESTADO ISLÁMICO
El nuncio vaticano recordó que el último año se ha caracterizado por una serie de atrocidades que han llevado aparejada la violencia sexual en diversos conflictos y por parte de grupos como Boko Haram o el llamado Estado Islámico.
"Algunas agresiones contra mujeres y chicas se deben puramente a la fe que profesan. No obstante, se trata de una cuestión en la que la naturaleza humana que compartimos, trascendiendo todas las religiones y las culturas, requiere el compromiso común de los pertenecientes a todas las confesiones y de los gobiernos, para condenar con fuerza y combatir esos actos atroces", especificó.
Asimismo reconoció que en los últimos años parece haber aumentado la sensibilización internacional sobre la plaga del tráfico de seres humanos y constató que se está dando una respuesta creciente.
La Delegación de la Santa Sede apoya los procesos indicados por la Secretaría General de la ONU que son esenciales para garantizar la justicia a las mujeres agredidas en los conflictos: investigaciones puntuales y documentación, procedimientos coherentes y rigurosos, análisis constantes y responsabilidades relacionadas con las causas fundamentales de la violencia sexual y de otro tipo en los conflictos armados.
"Sostenemos los esfuerzos para facilitar servicios legales, médicos y sociales adecuados a cada una de las mujeres agredidas, a las testigos y a las supervivientes, además de a sus familiares", explicó el arzobispo, al tiempo que añadió que "gracias a la presencia local permanente de la Iglesia católica" en estas zonas del mundo, "una red de instituciones y organismos católicos responden de modo rápido y eficaz".
