El acusado de violar y matar a dos policías dice ser inocente y que lo han incriminado

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Actualizado: lunes, 21 julio 2008 15:46



   BARCELONA, 21 Jul. (EUROPA PRESS) - 


Hoy arrancó ante la Audiencia Nacional de Barcelona el juicio contra el presunto autor del brutal crimen de las dos policías en prácticas en l'Hospitalet de Llobregat perpetrado en octubre de 2004.

Durante la sesión inicial Pedro Jiménez García, de 39 años, se declaró inocente de los delitos que se le imputan, el asesinato y violación de dos agentes de policía en prácticas, que presuntamente perpetró mientras disfrutaba de un permiso penitenciario y por los que el fiscal pide para él una pena de 103 años de prisión. "A mí se me ha utilizado para encubrir estas dos muertes", aseguró el procesado que imputa los hechos a dos narcotraficantes.

   Según el escrito de la Fiscalía, en la madrugada del 5 de octubre Pedro J.G., que disfrutaba de un permiso penitenciario ya que cumplía 30 años de condena por un robo con violencia e intimidación y que había sido condenado por varias violaciones cuando era menor siguió a Silvia N., una agente de Policía en prácticas de 28 años y la obligó a dejarlo entrar en su domicilio, donde estaba su compañera de piso, María Aurora G., otra agente en prácticas de 23 años.

   Tras amordazarlas y atarlas de tobillos, manos y cuello con ropa interior de las víctimas el acusado llevó a Silvia N. a la habitación de matrimonio y la ató a la pata de la cama con un cinturón. Después, puso a María Aurora sobre la cama del cuarto de al lado y la violó antes de asestarle cuatro navajazos por la espalda, causándole la muerte. Posteriormente, el imputado se dirigió a la habitación donde se encontraba Silvia N. y la apuñaló cinco veces, rasgándole el corazón y perforando el pulmón izquierdo. Tras matarla, la desnudó e igualmente la vejó.

   Según el Ministerio Fiscal, antes de abandonar el domicilio de las víctimas robó una tarjeta de crédito de María Aurora G., se cambió de ropa y prendió fuego a un sillón y un sofá situados en el salón del primer piso, a los colchones de tres habitaciones del piso superior --Silvia N. y Maria Aurora G. estaban en dos de ellas-- y a un montón de ropa que había en una de ellas. Además, lanzó varias botellas de licor para favorecer la rápida combustión.

   Esa misma noche, el procesado se dirigió a una sucursal bancaria de la calle Creu Coberta, en el barrio barcelonés de Hostafrancs, e intentó sacar 300 euros con la tarjeta de María Aurora G. A las seis de la mañana del día siguiente, volvió a repetir la operación en la misma oficina sin conseguirlo. A las nueve y media de la noche se dirigió a un bar de La Rambla, en el Barrio Gótico de la capital catalana, donde había quedado con Mustafa K.D., quien lo llevó con su coche a su domicilio, en Girona. La Policía lo arrestó pocas horas después de que llegara a la vivienda.

LA VERSIÓN DEL ACUSADO

   Unos hechos terribles por los que la Fiscalía pide para el procesado una pena total de 103 años de cárcel como autor de dos delitos de asesinato, uno de agresión sexual, otro de allanamiento de morada, de profanación de cadáver, de incendio, de robo con violencia, de robo con fuerza en continuidad delictiva y grado de tentativa y otro de quebrantamiento de condena.

   Pero el imputado niega categóricamente los hechos y asegura que está siendo utilizado para encubrir a los verdaderos culpables, Mustafa D.A., quien supuestamente le encargó recoger un paquete con cocaína en el piso de las fallecidas, y a Álex, un turcoalemán que no ha sido identificado.

  "A mí se me ha utilizado para encubrir estas dos muertes. Sabían lo qué tenían que hacer y me tenían que relacionar con lo que iban a hacer"", aseguró el procesado que no sólo insinuó que las chicas eran traficantes, sino que afirmó que mantuvo relaciones sexuales "de mutuo acuerdo" con una de ellas y que utilizó preservativo, por lo que no pudo encontrarse "ningún tipo de semen (en el interior de María Aurora G.) a no ser que fuera manipulado".