Uno de los 'caza-tesoros' detenidos es un historiador de Sevilla que usó tecnología desconocida por expertos

Actualizado: viernes, 5 mayo 2006 16:32

SEVILLA, 5 May. (EUROPA PRESS) -

Una de las siete personas detenidas por la Guardia Civil en la operación 'Bahía II' por su presunta implicación en una red dedicada al expolio de restos arqueológicos submarinos, es un historiador italiano afincado en Sevilla, C.B. de unos 50 años, al que se le han intervenido miles de anotaciones históricas y material que incluye tecnología desconocida por los expertos y que nunca antes había sido intervenida. El historiador podría llevar más de diez años residiendo en la capital hispalense con su familia, en Triana, y se dedicaba oficialmente a la investigación. Por lo que respecta a Andalucía, otro de los detenidos ha sido un submarinista localizado en Algeciras (Cádiz).

Según informó hoy la Guardia Civil en rueda de prensa en Sevilla, la información que poseía el historiador residente en Sevilla la consiguió, gracias a su actividad profesional, básicamente en archivos nacionales, sobre todo el Archivo de Indias de la capital hispalense, del que era un asistente asiduo. Así, localizaba yacimientos y después contrastaba la información a través de buscadores de Internet --de donde sacaba fotografías obtenidas por satélite para localizar y ubicar yacimientos arqueológicos-- y en ficheros tales como los del Catastro.

El historiador llegó a aglutinar "miles y miles de ficheros", en formato papel e informático --por lo que también se le requisó su ordenador--, llegando incluso a decir que "a veces no le hacía falta acudir al archivo de Indias para obtener más información". Entre las localizaciones que realizó figuran yacimientos de prácticamente toda Andalucía, así como también fichas de zonas como Valencia y el Levante e incluso de Las Bahamas, Cuba, Puerto Rico, India y China, entre otras.

Además, la Guardia Civil requisó un equipo con capacidad para situar huecos debajo de tierra, de mucho interés en el caso de búsquedas específicas de tumbas y asentamientos funerarios, pudiendo extraer ajuares funerarios de gran valor. Con esta tecnología, los 'caza-tesoros' elegían la zona según la acotación histórica del entorno, luego se proveen de planos del lugar que contrasta con información extraída de Internet y archivos de renombre; a continuación, realizaban un trabajo de campo 'in situ' que fijaba en el plano con el uso de un equipo portátil GPS, archivando los datos para posibles expoliaciones.

En la vivienda del historiador se intervino lo que se ha dado en llamar la 'mochila del expoliador', una mochila aparentemente normal pero en la que guardaba instrumentos desconocidos hasta ahora por los expertos consultados. Entre el material figuraba un equipo de visión y un sistema medidor que le permitía encontrar con total exactitud elementos como cobre, zinc, oro, plata o calcio, entre otros, con lo que "llegaba a la zona exacta donde se encontraba, iba sobre seguro".

También se resaltó que hay indicios de que el material intervenido no podría haber servido sólo para buscar yacimientos submarinos, sino también en tierra, pues tiene capacidad para ello.

NO SE DESCARTAN NUEVAS DETENCIONES

En esta segunda fase de la operación, la Guardia Civil, en colaboración con la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, ha imputado además a otras dos personas, si bien se informó de que el operativo continúa abierto y se adelantó que podrían producirse nuevas detenciones en los próximos meses incluso fuera del territorio nacional. Y es que se ha localizado al presunto cabecilla de la red en Estados Unidos, cuya hija fue detenida en la primera fase de la operación, desarrollada en febrero y en la que se requisaron dos barcos y distintas piezas de arqueología extraídas del fondo marino, así como abundante instrumental para realizar las inmersiones submarinas, y de que ésta última es su continuación. El caso está judicializado en Cádiz y sobre el mismo se ha decretado secreto de sumario.

Además de los detenidos en Sevilla y Algeciras, hubo otras detenciones e imputaciones en Madrid, Cabo de Palos (Murcia) y Ciudad Real.

Como dato, desde la Guardia Civil también se apuntó que los supuestos integrantes de esta red eran muy metódicos. "Era un entramado perfecto que dejaba bastante dinero, una trama perfectamente establecida", añadiéndose que se pretendía saquear prácticamente toda la costa andaluza. Como curiosidad, se destacó también que incluso empleaban botellas de submarinismo con doble fondo para ocultar en ellas sus hallazgos.

Además, se dijo que algunos de los detenidos han hecho declaraciones en medios de comunicación realizando juicios críticos contra los expoliadores.

En cuanto a la intervención en Algeciras, se requisaron equipos informáticos, material audiovisual, un detector de metales, cartas marinas de distintos puntos de la costa andaluza y un robot de filmación submarina a control remoto con capacidad para trabajar a una profundidad de 500 metros. Algunos de los implicados eran los presuntos contactos en España con las redes de expoliadores americanos, implicados en la primera fase.

Entre otras cosas, se encargaban de abrir las distintas líneas de búsqueda de pecios en las costas españolas, así como de conseguir los permisos oficiales para encubrir los saqueos.

A raíz de la primera actuación, se abrió una segunda línea de investigación con la que pudo determinar que un grupo de ciudadanos españoles, americanos e italianos, podrían ser los cabecillas de esta organización. En esta segunda fase de la operación, la Benemérita practicó cuatro registros en Madrid, uno en Sevilla, dos en Algeciras (Cádiz) y otros dos en Murcia, donde se dio con los cerebros de esta trama y con el historiador que aportaba la información sobre la ubicación de los pecios en las costas andaluzas y otros puntos del mundo.