BARCELONA, 11 Abr. (EUROPA PRESS) -
Los Mossos d'Esquadra han detenido a siete integrantes de un clan familiar por presuntamente blanquear dinero procedente del tráfico ilegal de vehículos de gama alta que robaban en concesionarios, según han informado fuentes policiales.
Estas detenciones se corresponden a la segunda fase de la 'operación Bretanya', con la que se pretendía desmantelar la compleja estructura mercantil creada que el grupo criminal llevaba realizando desde hace años.
En la primera fase, en julio de 2010, la policía catalana detuvo a 15 personas, de entre 25 y 40 años, por su presunta participación en esta trama.
Los investigadores han constatado que en una primera etapa del blanqueo, la organización utilizaba la cobertura de una empresa dedicada a la compra y venta de vehículos.
Después del robo del vehículo, la sociedad compraba un vehículo siniestrado de las mismas características, que forma que el siniestrado era reconstruido a partir de las piezas del sustraído, al tiempo que las marcas identificativas eran borradas en los talleres y naves industriales que la organización tenía en el Anoia.
Los vehículos robados eran almacenados en locales controlados por la organización durante un tiempo, a la espera de disponer de los bastidores, matrículas y documentación de los vehículos siniestrados.
Uno de los sistemas utilizados por el grupo para evitar las sospechas policiales era comprar los vehículos accidentados ante de que fuesen peritados como siniestro total, ya que de esta forma, en el momento de ser registrado, la compra y venta del turismo era aparentemente normal y no levantaba sospechas.
De hecho, si se llegaban a efectuar peritajes sobre los coches siniestrados, éstos dejaban constancia que la reparación de los turismos era inviable comercialmente, ya que superaría el valor del turismo.
El vehículo transformado era entonces vendido a terceras personas a precio de mercado, quienes no tenían conocimiento de la venta fraudulenta del coche.
Los grandes beneficios obtenidos pasaban a una segunda fase de lavado, donde entraban en juego diversas empresas mercantiles controladas por el grupo familiar y ligadas a la rama de la construcción y la promoción inmobiliaria.
El dinero en efectivo era integrado progresivamente en el patrimonio de una serie de más de 10 sociedades e invertidos mayoritariamente en la compra de viviendas, aunque una parte de los beneficios pasaban a formar parte del patrimonio familiar, como una de las integrantes del grupo que tenía un patrimonio de 2 millones de euros cuando cobraba 20.000 euros anuales.
Entre los activos confiscados, valorados en más de 5 millones de euros, se encuentran vehículos de alta gama, dinero, embarcaciones marítimos y 28 inmuebles, de los que dos están en Punta Cana (República Dominicana).
El operativo policial, dirigido por el Juzgado número 24 de Barcelona, se ha saldado con siete arrestados --de entre 23 y 49 años y vecinos de Torre de Claramunt, Altafulla y Cabrils-- a los que se les imputa un delito de blanqueo de dinero, aunque no descarta más detenciones.