Detenidas dos mujeres en Oviedo por estafar 43.000 euros en cuentas bancarias y créditos por Internet

Actualizado: viernes, 19 marzo 2010 14:44

OVIEDO, 19 Mar. (EUROPA PRESS) -

La Policía Nacional de Oviedo detuvo a dos mujeres a las que se les imputan los delitos de estafa y falsificación documental al abrir cuentas bancarias fraudulentas y créditos por Internet. Se calcula que han podido estafar en torno a los 43.000 euros, según informó la Policía en una nota de prensa.

Se trata de una mujer de 35 años, española, con antecedentes anteriores por estafa y falsificación y otra mujer de 33 años, natural de Brasil, sin antecedentes. Ambas fueron detenidas dentro de la operación 'Gulliver', iniciada por la Policía hace un año.

A raíz de una serie de denuncias formalizadas por parte de varios representantes legales de varias entidades bancarias y financieras que habían sido estafados, el grupo de especialista de la Policía Nacional, descubrió que las diez estafas que se habían producido en Oviedo, no eran hechos aislados y sin conexión entre sí, sino que habían sido protagonizadas por un grupo organizado de estafadores, formado por al menos seis miembros que operaban a nivel nacional.

Este grupo criminal se había especializado en la falsificación de documentos de identidad. Estos documentos falsos eran utilizados posteriormente para abrir fraudulentamente cuentas bancarias, contratar líneas de telefonía móvil de tarjeta y lo más importante, obtener créditos a través de Internet.

Una idea de la importancia de las falsificaciones dentro de todo este "negocio", según la Policía, era que para llevar a cabo una sola estafa podían llegar a utilizar hasta tres identidades distintas.

La primera de las identidades la utilizaban para abrir una cuenta en una entidad bancaria. Con otra identidad solicitaban préstamos de grupos financieros especializados en créditos al consumo que operan a través de Internet, tipo cetelem, mbna, cofidis ; y por último con una tercera adquirían terminales de telefonía móvil que sólo usan para esa operación.

Los estafadores sabían que los grupos financieros, generalmente realizan las gestiones de comprobación de los datos recibidos a través de llamadas telefónicas, de tal manera que estos teléfonos que habían conseguido fraudulentamente tenían como principal misión, recibir estas llamadas y ser atendidos por miembros del grupo que confirmaban los datos que les solicitaban.

Una vez concedido el préstamo, remitían a los solicitantes una tarjeta de crédito que se activaba a través de los teléfonos facilitados. La cuantía del préstamo era transferido, bien, a la cuenta bancaria abierta previamente, o bien, en los días siguientes de la concesión, los estafadores se dedicaban a realizar compras con las tarjetas de crédito hasta agotar el límite concedido; lógicamente, en ninguno de los dos casos se hacía frente a las deudas contraídas.

Cuando las entidades afectadas intentaban el cobro de lo adeudado, se encontraban con la imposibilidad de localizar a la persona que figura como titular de las cuentas y de los préstamos, ya que ni las direcciones ni los teléfonos fijos correspondían a las identidades verdaderas.

Se calcula que el grupo ha podido obtener unos beneficios superiores a los 43.000 euros. Así mismo, se ha constado que el grupo fracasó en varias operaciones financieras, que de haber sido efectivas les hubieran aportado unos 20.000 euros más.