Detenidas siete personas que se hacían pasar por agentes de policía para robar a extranjeros en las carreteras de Madrid

Actualizado: lunes, 27 noviembre 2006 12:42

MADRID, 27 Nov. (EUROPA PRESS) -

La Guardia Civil ha detenido a siete personas e imputado a otras quince por su presunta pertenencia a una banda organizada dedicada al robo y hurto por el procedimiento conocido como falso policía o 'policía ful', según informó hoy el Instituto Armado.

Los falsos policías interceptaban a sus víctimas, casi siempre turistas extranjeros, en la carretera y registraban el vehículo para apoderarse de objetos de valor con la excusa de encontrarse investigando temas relacionados con drogas o falsificación de billetes. A los detenidos se les imputa robos por este procedimiento en la A-1, A-2, A-3, A-4, A-5, M-40, M-45 y M-50.

En la operación se han interviniendo numerosos equipos audiovisuales, ordenadores portátiles, dinero en metálico, tanto euros como moneda extranjera, joyas, placas de policía y chaquetas con insignias, supuestamente empleadas en los hechos, además de teléfonos móviles y ocho vehículos que pudieran haber sido empleadas para la cometer delitos.

Los testigos y las víctimas aportaron datos fundamentales para que los agentes lograran identificar a algunos de los autores y posteriormente localizaran los domicilios donde residían, en las localidades madrileñas de Cubas de la Sagra y Casarrubuelos, e Illescas, en Toledo.

ORIGEN PAQUISTANÍ

Los detenidos son de nacionalidad paquistaní y con edades comprendidas entre los 35 y 40 años, todos ellos cuentan con antecedentes policiales a excepción del último y se les imputa los delitos de robo con intimidación, usurpación de funciones, delitos contra la seguridad el tráfico, asociación ilícita y encubrimiento.

Los ahora detenidos formaban parte de una banda organizada afincada en España y perfectamente estructurada, que aprovechaba el desconocimiento de los turistas extranjeros que visitan el país para robarles haciéndose pasar por policías o guardias civiles.

En cada robo participaban un máximo de cuatro individuos, utilizando vehículos matriculados a nombre de terceras personas, que esperaban en las gasolineras para seleccionaban las posibles víctimas. Posteriormente las seguían y les interceptaban para realizar el registro de su coche haciéndose pasar por policías españoles que se encontraban investigando temas relacionados con drogas o falsificación de moneda, y entonces robaban los objetos de valor que encontraban.

Los autores de estos hechos vestían de traje, mostrando insignias de Policía o Guardia Civil y en los vehículos portaban luces azules rotativas similares a los de los policías. Debido al desconocimiento de la legislación española, en muchos casos los ciudadanos víctimas del robo no llegan ni siquiera a interponer denuncia.