Un perro antidrogas de la Guardia Civil encuentra un "doble fondo" entre el asiento trasero del coche y el depósito de gasolina
SEVILLA, 9 Sep. (EUROPA PRESS) -
Efectivos de la Guardia Civil de Sevilla se han requisado de un total de 122 kilogramos de hachís en un operativo llevado a cabo en la SE-30 después de que se interceptara un coche al cometer una infracción de tráfico y efectuar una maniobra evasiva, habiéndose detenido a su conductor.
En un comunicado remitido a Europa Press, la Benemérita explicó que durante el operativo, donde se incautó de un Mercedes-250, encontraron, además de la droga, un doble fondo de gran calidad practicado entre el respaldo del asiento trasero y el depósito de combustible, que se vio reducido notablemente su capacidad para dejarle sitio a este hueco.
La incautación de esta droga tiene su origen una infracción de tráfico. Es, en este momento, cuando una dotación de la Guardia Civil de Tráfico del Destacamento de San Juan de Aznalfarache decide darle el alto a este vehículo en la SE-30.
Al interceptarlo, los agentes de la Guardia Civil de Tráfico observan que el conductor se muestra muy nervioso y con una actitud distinta a la habitual de un conductor que comete una infracción de tráfico. Es en este momento cuando los agentes deciden inspeccionar el coche.
En el maletero, los guardias civiles encuentran unos 93 kilogramos de hachís y algo más de 29 kilos de polen, motivos por los que se decide detener al conductor del vehículo, J.C.S.P., de 47 años y vecino de Valbom-Gondomar, en Portugal.
Al ser arrestado, y ante la sorpresa de los agentes del Instituto Armado, esta persona comenzó a dar datos, con todo lujo de detalles, de un segundo coche que iba delante de él también cargado de droga, aunque al final pudo comprobarse que era falso y que supuestamente lo hizo para intentar confundir a la dotación de la Guardia Civil que lo había interceptado en la SE-30.
El coche, la droga y el detenido fueron trasladados desde la SE-30 a las dependencias de este Cuerpo en Montequinto, haciéndose cargo de las investigaciones el Equipo de Delincuencia Organizada y Antidrogas (E.D.O.A.), que con el apoyo de un perro antidrogas encuentran un doble fondo en la parte trasera del coche.
Según las citadas fuentes, esta práctica la suelen emplear las organizaciones para enmascarar el efluvio de la droga con el olor a gasolina que desprende el depósito y así confundir a los perros antidrogas.
Aunque las investigaciones permanecen abiertas, las primeras hipótesis de trabajo de la Guardia Civil apuntan a que la droga estaba destinada para el mercado sevillano.
