VIGO, 24 Ene. (EUROPA PRESS) -
La familia del joven vigués de 20 años de edad José Luis Viéitez, asesinado a cuchilladas el pasado 29 de octubre, se siente "abandonada" y denuncia el hecho de que en tres meses nadie se haya puesto en contacto con ellos para informarles y ofrecerles ayuda, por lo que piden "justicia" y conocer cómo va la investigación.
"Nadie nos llama, ni para saber cómo estamos, ni para preguntar si necesitamos ayuda. Ni la alcaldesa", afirmó la hermana de José Luis, Vanesa Viéitez,.
En declaraciones a Europa Press Televisión, la hermana de la víctima reconoció que la situación "es muy difícil de llevar" y pidió "justicia" para su hermano y "ayuda para saber cómo va el caso".
Según la joven, nadie les ha ofrecido "ni el apoyo psicológico" que tienen que recibir tanto su hermano menor de edad y testigo del asesinato de José Luis, como su madre. "Tenemos que pagarlo nosotros y no podemos permitirnos", apostilló.
LOS HECHOS
Los hechos tuvieron lugar la noche del 29 de octubre en la zona de copas de Churruca, en Vigo. Según informaron testigos, José Luis estaba vomitando en la calle y salpicó los zapatos de una joven colombiana. Hubo un forcejeo y el joven vigués se refugió en un local del que salió minutos después, pensando que todo había pasado.
Al salir, le estaban esperando tres jóvenes, dos chicos, uno menor de edad, y una chica. Según los mismos testigos, fue la chica la primera en asestarle un fuerte golpe en la cabeza con una botella, momento que habría sido aprovechado por uno de los otros dos para apuñalarlo en el corazón y en un pulmón.
José Luis consiguió huir en ese momento buscando refugio en un local próximo, pero antes de llegar, recibió otras dos puñaladas por la espalda. A raíz de las investigaciones, fueron detenidos tres jóvenes colombianos, dos chicos y una joven, que permanecen en prisión. También fue arrestado un menor de edad, posteriormente puesto en libertad.
EL HERMANO DE LA VÍCTIMA
José Luis Viéitez, como en otras ocasiones, iba acompañado de su hermano menor de edad, que presenció todo lo sucedido y que intentó ayudar a su hermano, hasta que lo metieron en un local. Desde entonces, necesita tratamiento psicológico. "Ha cambiado mucho; vio cómo mataban a su hermano y ahora dice que pudo hacer más por él", aseveró.
Pocos días después, a la familia le llegó la información de que "por todos los institutos de Vigo" circulaba el comentario "de que los colombianos iban a ir a por él porque era testigo", por lo que pusieron en conocimiento de la policía las amenazas. "Nos dijeron que no podían hacer nada", afirmó Vanesa Viéitez.
También la madre de los jóvenes, María del Carmen Fernández, se mostró muy preocupada por su hijo pequeño. "Él me dice que quiere verse como su hermano, que quiere morirse. Yo no duermo pensando en lo que me dijeron que iban a ir a por él", afirmó.
"Antes se intercambiaban entre ellos la ropa y ahora no quiere quitarse la de su hermano", comentó su madre. "Me dijo, ayer habló mi hermano conmigo y me dijo que me va a cuidar, que es muy duro, y lo está pasando muy mal. Tengo mucho miedo", indicó.
Al igual que Vanesa, su madre denunció la falta de apoyo que han sentido en todo este tiempo. "No tuvimos apoyo de nadie; ni del asistente social, ni de la alcaldesa, ni nadie del ayuntamiento", lamentó.
SIN ABOGADO
El que en los hechos estén implicados dos menores hizo necesaria la intervención del fiscal de Menores de Pontevedra, por lo que, según informó la familia, necesita la intervención de dos abogados, uno en Pontevedra y otro en Vigo.
"Pedimos dos abogados. Me cedieron el de Pontevedra y el de aquí no sabemos nada", explicó. Una situación que ni la madre ni la hija pueden explicar, y por la que ahora se atreven a salir a los medios y solicitar ayuda. "Pido que nos pongan un abogado, porque yo dinero no tengo. Que nos ayuden, que hay tres asesinos sueltos aún", reclamó.
María del Carmen recordó la noche que su hijo se despidió de ella con la intención de volver al día siguiente para ayudarle en su trabajo de vendedora ambulante en las ferias. "Salió a divertirse el jueves y me dijo: mamá mañana vengo, pero ya no volvió". "No pido nada, sólo que nos ayuden y que nos digan cómo van las cosas", concluyó.