MADRID, 16 Ene. (EUROPA PRESS) -
Los análisis de los expertos en balística de la Policía Científica han determinado que el disparo que acabó con la vida de un joven rumano de 20 años en Nochevieja cuando éste se asomó al balcón de una vivienda en el distrito madrileño de Carabanchel fue realizado con un arma del calibre 22, por lo que el abanico de posibilidades se abre ahora a las armas largas, informaron a Europa Press fuentes de la investigación. Las primeras hipótesis apuntaban a que el disparo se había efectuado con un arma corta del calibre 6,35, probablemente un revólver.
El cadáver del joven rumano apareció en torno a las 3.45 horas en una vivienda situada en la plaza de la Rendición de Breda, en las inmediaciones de la avenida de Abrantes, en el distrito de Carabanchel. El fallecido se encontraba celebrando la Nochevieja con varios compatriotas más cuando acudió a la terraza y recibió un disparo en el hemitórax izquierdo que le causó prácticamente la muerte en el acto.
Hasta el lugar de los hechos se desplazó una UVI-Móvil del Summa 112 cuyos facultativos encontraron al joven inconsciente y en parada cardiorrespiratoria. Tras practicarle maniobras de reanimación durante 30 minutos y no lograr que superara la crisis, los sanitarios certificaron su fallecimiento y el cuerpo sin vida fue trasladado al Instituto Anatómico Forense.
Las fuentes consultadas indicaron que la posibilidad "más fiable" es que el disparo se realizase desde la calle, aunque no se descartan otras hipótesis. Además, todos los asistentes a las fiesta fueron llevados a declarar para intentar esclarecer lo sucedido. Fue la primera muerte violenta que se produce en la Comunidad de Madrid en el año 2006, que viene precedido por un período especialmente trágico en este tipo de sucesos, ya que a lo largo del 2005 se contabilizaron 59 muertes violentas.