Incendio.- El único supervivente de Guadalajara rememora cómo la zona se convirtió en un infierno en segundos

Actualizado: domingo, 16 julio 2006 13:04

Jesús Manuel Abad confiesa que sólo ahora comienzan a remitir las pesadillas

Defiende la actuación realizada por los operativos y pide un recrudecimiento de las penas para los que provocan los fuegos

ARCOS DE JALÓN (SORIA), 16 Jul. (EUROPA PRES) -

El 17 de julio de 2005, Jesús Manuel Abad Aparicio acudía desde la localidad soriana de Arcos de Jalón para colaborar en la extinción de un incendio surgido en Guadalajara, para apoyar a un retén como conductor de una motobomba. Mientras actuaban con seguridad y tranquilidad debido a su ubicación relativamente segura, no pudieron prever que las llamas se acelerarían hasta alcanzar 90 kilómetros por hora y convertirían su zona de trabajo en un infierno en cuestión de segundos.

"Nos íbamos por nuestra ruta de escape, cuando me entraron las llamas por el lado izquierdo de la motobomba y salté del camión. Entonces dije, aquí se acabó todo, porque era todo llamas. En el suelo abrí los ojos y vi el otro camión a doce o quince metros, iba a rastras debajo pero creyendo que no llegaba porque no tenía oxígeno; estaba muerto", explicó Jesús Manuel Abad en declaraciones a Europa Press, único superviviente de este incendio que acabó con la vida de once personas y calcinó una superficie de alrededor de 13.000 hectáreas.

Bajo el camión, pudo abrir la maneta del agua, lo que le hizo pensar que podría seguir vivo "por el momento" en esa situación. A la espera, vio imágenes de tal crudeza que afirma no querer relatar. "En mente siempre las tengo, pero las vas poniendo cada vez en un sitio más apartado; lo tendré como un mal recuerdo, pero lo tendré siempre. Cada día que pasa lo voy teniendo menos fuerte, menos pesadillas, duermo alguna noche mejor que otra. Estos días lo paso muy mal porque me lo están haciendo recordar", añadió Abad.

El superviviente, fue trasladado al Hospital General de Guadalajara con quemaduras y varias costillas rotas por las que continúa tomando analgésicos. Los primeros diez días fueron de operaciones y reconstrucción de su brazo, su cara --"mira qué bien ha quedado"--, subrayó, y sus orejas, que temía que perdería.

Hoy en día, continúa como operario del Ayuntamiento de su localidad, colaborando en la extinción de incendios (no sólo forestales) durante esta campaña, que se inició temprana el 15 de febrero. Sin embargo, afortunadamente de momento tan sólo han tenido que atender conatos de incendio.

Prosigue su labor, "con respeto" hacia el fuego. "Siempre le miras mal porque vas y sabes que no vas a darte un paseo, puedes morir, como ya ha pasado", manifestó Abad quien aseguró sentirse afortunado por estar vivo.

TODO POR UNA BARBACOA

Múltiples retenes y motobombas, al menos 16 equipos de maquinaria pesada, 12 agentes forestales, dos hidroaviones, un avión de carga en tierra y tres helicópteros trabajaron en la extinción de este incendio por el fueron evacuados de sus domicilios más de 300 personas, múltiples carreteras fueron cortadas, once personas fallecieron y trece mil hectáreas resultaron calcinadas, debido a un descuido fatal.

"A la única que se le puede echar la culpa es a la madre naturaleza, que íbamos a ayudarla a sobrevivir y nos castigó ella. Igual dijo 'los de antes han hecho una barbacoa y vosotros pagáis el pato'", remarcó al salir en defensa de la actuación antiincendios llevada a cabo aquel día y de la cantidad de medios desplazados.

Respecto a los individuos que apagaron mal ese día la barbacoa, afirmó que él no puede culpables directamente, pues asegura que ese es papel de la justicia. Afirmó que no es resentimiento lo siente hacía ellos, sino otras emociones encontradas.

"La ironía es para ponerla en un caso de estos. Las personas somos sumamente inconscientes, así de sencillo, porque hacer una barbacoa en un día de estos es para decir que éste --el causante-- está ido de la cabeza. Ahora seguramente estará tan tranquilo tomando el fresco en el patio de su casa y por su culpa han ardido 13.000 hectáreas y han caído once compañeros", señaló en referencia al causante del incendio. "No es resentimiento, te queda el decir que si lo hubieran pensado no habría pasado esto, estaríamos todos juntos otra vez", añadió.

Abad consideró que este suceso sí valió para que aumentaran los medios de extinción y aunque ya se estaban mejorando, empezaron a actualizarse de una forma más acelerada.

Por otro lado, manifestó su deseo de que se recrudezcan las leyes, "no como para coger alguno y que le pongan unos grilletes, pero sí castigarlo bien castigado". "Si has quemado el monte ahora lo vas a recomponer tú, todas las mañanas de sol a sol, a picar y hacer hoyos y replantar; que sufra y que sude y cada día que pase con calor, frío y hielo se acuerde de lo que ha hecho", concluyó.