AVILÉS 9 Oct. (EUROPA PRESS) -
La avilesina a la que el juez ha ordenado que devuelva a sus cuatro hijos a Israel junto a su padre, hizo hoy un llamamiento a que se suspenda dicha orden mientras no se resuelva el recurso que deberá atender ahora la Audiencia Provincial. "Esta semana el padre pedirá la ejecución del auto, y el juez seguramente lo concederá. Lo único que pido es que el traslado no sea inmediato, que se me dé la oportunidad de que la apelación llegue a Oviedo", afirmó María Amor González durante la comparecencia de prensa que protagonizó esta mañana en un hotel de Avilés.
Durante su intervención, en la que estuvo arropada por una veintena de personas, González leyó un escrito que narraba, en tercera persona, su relación con su esposo y padre de sus cuatro hijos. "Con 17 años conoce a M. E. Ella, una niña aún, se enamora perdidamente de este hombre, un judío 11 años mayor que ella, que la deslumbra totalmente", contó González del inicio de la relación.
En ese relato, la mujer acusa a su marido (con el que se casó a los 19 años) de agresiones, malos tratos físicos y psicológicos y de bigamia, lo que justificaría, según dijo, su decisión de salir de Israel ilegalmente con los niños.
"Un día coge a sus hijos y, en complicidad con ellos, coge una maleta y se va al aeropuerto", leyó González. "Antes había conseguido unos pasaporttes con el dinero que, poco a poco, había logrado reunir" sin que "su marido se diera cuenta". Siempre en tercera persona, María Amor González relató que "sólo pensaba en el bienestar de sus hijos y en huir de una pesadilla de violencia".
Durante el escrito, María Amor González se refiere a sí misma con su nombre judío, Miriam, y con el apellido adoptado tras contraer matrimonio con sus esposo en Miami, Elgozi. "Miriam, mujer y extranjera en Israel, no podía presentar sus quejas ante los tribunales rabínicos en Israel, ¿quién le haría caso, cuando Israel no ha suscrito la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación de la Mujer?", se pregunta González al leer el escrito.
"Miriam implora, llora, no se resigna... y lucha", continuó González durante la comparecencia de hoy, "Se levanta cada día y piensa 'quizas hoy brille un resquicio de esperanza', 'quizás hoy alguien me ayude'".
A lo largo del relato, facilitado luego por escrito a la prensa, González hace consideraciones acerca de la inconveniencia de que sus hijos se crien en Israel, por cuanto dicho estado, dijo "incumple las resoluciones de la ONU constantemente" y "para Israel mis hijos son sólo cuatro soldados más" mientras que "para mí son lo único que tengo".