BADAJOZ, 4 Nov. (EUROPA PRESS) -
Elisa Escobar, Santiago Fernández y sus seis hijos se han visto obligados a dejar su vivienda en la que residen desde hace diez años en la barriada de Los Colorines de Badajoz tras ser amenazados de muerte por otra familia vecina, sobre la que pesa una orden de alejamiento tras la denuncia presentada en la comisaría de Policía Nacional de la capital pacense por los afectados el pasado 25 de octubre.
Así lo expusieron ambos cónyuges a Europa Press Televisión ante las oficinas de la Consejería de Fomento instaladas en la capital pacense, donde el matrimonio y sus hijos acudieron hoy para entrevistarse con una trabajadora social de esta institución, con el objetivo de que les concedan otra vivienda de protección oficial en otra ciudad de la región.
Elisa, que no puede reprimir las lágrimas al recordar lo sucedido, explicó que el pasado 25 de octubre interpusieron una denuncia contra sus vecinos tras ser amenazados por estos. "Nos han amenazado, nos han destrozado la casa y lo único que pedimos por medio de los niños, que tengo seis, es que nos saquen de la zona de Los Colorines, solamente por los niños", imploró.
Esta mujer aseguró que los denunciados irrumpieron en su casa dando una patada a la puerta de su vivienda, la cual al parecer dejaron "destrozada", como pudieron comprobar ese mismo día cuando regresaron al lugar escoltados por agentes de policía de la comisaría donde habían denunciado los hechos. "Al ver la casa destrozada, yo me puse histérica y me tuvieron que llevar al clínico", señaló.
Tras lo ocurrido, un juzgado de Badajoz decretó una orden de alejamiento contra la otra familia, que según indicó Elisa no se está cumpliendo, ya que "ellos siguen viviendo allí", en su barriada, mientras que el matrimonio y sus hijos están realojados en la casa del presidente de su asociación de vecinos y en las de otros familiares, respectivamente, según censuró.
"Nosotros no nos atrevemos ni ir a casa a por un trapo, yo sigo con lo mismo puesto desde que pasó, la verdad yo no me atrevo a ir a mi casa para nada", aseveró, antes de subrayar que "lo único" que están solicitando es poder estar con sus hijos "y salir de los Colorines".
Para Santiago la situación que atraviesan es delicada, pues no se sienten seguros en la ciudad después de lo acontecido y además sus hijos llevan diez días sin asistir al colegio por temor a represalias.
AGRESIONES Y AMENAZAS
"Como nos acerquemos a la barriada o a la casa nos matan, en cuanto nos vean en Badajoz nos matan, a mi mujer le lanzaron un cuchillo delante de la Policía y todo, y a mi me hicieron cortes en el brazo", señaló con evidente cara de preocupación. "Los niños no van a la colegio porque tenemos miedo, la verdad, de que les hagan, el colegio está en la barriada", sentenció.
Asimismo, aseguró desconocer los motivos que llevaron a sus vecinos a actuar del modo que lo hicieron, aunque indicó que, al parecer, van diciendo por la barriada que su mujer les "dio una pastilla" que podría haber causado la muerte de uno de sus familiares, lo cual "es mentira", según informó.
Esta misma mañana, la familia se personó ante la Policía Nacional de Badajoz para pedir protección, y los responsables de la comisaria pacense tras intentar mediar en este caso, poniéndose en contacto con la consejería de Fomento, han propiciado una reunión entre trabajadores sociales de la consejería y los afectados.
"Esta mañana hemos ido a pedir información a la policía y nos ha mandado aquí, a la Junta, para ver si entre hoy y mañana nos pueden dar la casa", explicó Santiago, quien alberga la esperanza de que las instituciones les ayuden a superar esta desagradable situación, ya que no disponen de recursos económicos para alquilar una vivienda en otra ciudad, por estar en situación de desempleo.
En conversación telefónica, el presidente de la Asociación de Vecinos por la Recuperación de los Colorines, Antonio Chacón, aseguró a Europa Press Televisión, que finalmente el encuentro con la trabajadora social no ha tenido lugar por motivos que desconocen, así que de momento los menores continuarán sin colegio y separados de sus padres al ocupar diferentes viviendas.