NAVARREDONDILLA (ÁVILA), 7 May. (EUROPA PRESS) -
Medio siglo después de la primera boda, por poderes, un hombre de 80 años y su esposa de 75 volvieron a contraer matrimonio, pero en este caso ambos presentes en la parroquia de Santiago Apóstol, en Navarredondilla (Avila).
Fue ayer, sábado 6 de mayo de 2006, justo cincuenta años después de aquella jornada en la que Teodora Meneses Martín, con 25 años y del brazo de su padre, entró en la iglesia para celebrar la boda con Basilio Hernández Rodríguez, de 30 años, que se encontraba en Brasil, adonde había emigrado a la búsqueda de fortuna.
Justo el día de aquella boda, mientras la familia lo celebrada en este pueblo que ahora tiene 275 habitantes, Basilio trabajaba duramente en Fazenda Quinta.
Tras 16 años en el país brasileño, regresaron a España en 1971, contó Rosa Hernández, uno de los cinco hijos del matrimonio --de los que uno falleció--, "satisfecha" porque la "boda por poderes de hace medio siglo" se haya convertido en "una boda con novio y novia, como todas", y donde han dicho "sí, quiero" ante la venerada imagen de la Virgen del Rosario.
Navarredondilla, localidad serrana situada a 30 kilómetros al sur de la capital abulense, vivió ayer una jornada emocionante, como destacaron sus vecinos, quienes dijeron del novio que sigue siendo, como cuando se casó por poderes, "un hombre familiar, sensible, emprendedor y gran trabajador", sin olvidar a Dora, que es como se conoce a Teodora, "piedra angular de una gran familia, a la que vive entregada".
A sus nueve años, Román Encabo fue el monaguillo de aquella singular ceremonia en 1956, y recuerda la boda cuando él era "pequeñazo" como "algo inusual".
"Pero también en esto --añade-- Basilio y Teodora desbrozaron nuevas veredas, como después tuvieron que hacer en la bendita tierra brasileña".
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