PALMA DE MALLORCA 31 May. (EUROPA PRESS) -
El delegado del Gobierno en Baleares, Ramón Socías, aseguró hoy que la desarticulación de una banda de rumanos que obligaba a menores a ejercer la mendicidad por las calles de Palma, demuestra que la Policía está trabajando sobre pistas de bandas organizadas que operan en nuestro país y que, al final, acaba "cogiéndolas".
Socías, que hizo estas declaraciones tras la firma de un convenio para el desarrollo de acciones formativas destinadas a discapcitados, añadió que estas detenciones aportan "tranquilidad" a los ciudadanos, sobre todo, teniendo en cuanta, que se trata de delitos relacionados con el "tráfico humano", especialmente en los temas de explotación infantil.
La Policía Nacional desarticuló ayer un grupo organizado de rumanos que obligaban a ciudadanos menores de edad de su misma nacionalidad a ejercer la mendicidad en la capital balear, según informó el Cuerpo de Seguridad en un comunicado, que detalló que se han detenido a nueve personas en el marco de la 'Operación Baby'.
Funcionarios de la Policía, adscritos a la Unidad Contra Redes de Inmigración y Falsificación (U.C.R.I.F.), iniciaron una investigación hace unos meses al tener conocimiento de que algunas personas eran explotadas y obligadas a ejercer la mendicidad en Palma.
El "modus operandi" de los detenidos consiste en la "compra" literal de menores a sus padres en Rumania, el tráfico de otros, mayores, a Palma y la dedicación exclusiva a la mendicidad. Así, aprovechan los servicios sociales para cubrir las necesidades de los menores y toda la recaudación que obtienen es enviada a su país de origen.
La mendicidad se ejerce diariamente en las puertas de centros comerciales, desde su apertura sobre las 08,30 horas hasta la horade cierre, sobre las 21,00 horas, sin descanso algunos. Los días de cierre esa mendicidad se ejerce en otros lugares como inmediaciones de iglesias y similares. La recaudación media obtenida se estima en unos seiscientos euros diarios, lo que hace una suma de 18.000 euros mensuales.
Con la finalidad de recaudar, los "mendigos" muestran fotos de niños, solicitan colaboraciones económicas previa firma de listados en relación a enfermedades graves que sufren esos menores, hacen de aparcacoches o venta de pañuelos en semáforos.