Sofisticación y alta gastronomía en un palacio del siglo XIX para celebrar la Navidad más elevada

MADRID 9 Dic. (EUROPA PRESS) -

Relais & Châteaux Orfila se erige como un oasis de lujo atemporal en el corazón del elegante barrio de Chamberí, un palacio del siglo XIX transformado en hotel boutique de cinco estrellas que respira historia y refinamiento.

Miembro distinguido de la prestigiosa Asociación Relais & Châteaux, este enclave madrileño invita a redescubrir las fiestas navideñas no como meras celebraciones, sino como sinfonías gastronómicas orquestadas por el maestro Mario Sandoval que eleva los productos locales a la categoría de arte.

En una ciudad que bulle de luces y tradiciones, Orfila ofrece un refugio donde la tradición se funde con la vanguardia, y cada bocado es una declaración de amor por los productos de temporada y las técnicas depuradas. Si buscas experiencias exclusivas en Madrid para Navidad, este es el destino que transforma lo festivo en inolvidable.

El menú de Nochebuena, una creación magistral de Sandoval, arranca con un gelée de boletus con espuma de trufa y salpicón de carabinero con mole rojo, un preludio que equilibra la tierra y el mar con una delicadeza casi poética. Sigue un ravioli de rebozuelo con caldo de jamón, combinando delicadeza, frescura y elegancia en cada plato.

Los platos fuertes elevan la velada: la merluza a la bilbaína, un clásico reinventado con una textura impecable que rinde homenaje al norte, y el lomo de corzo con praliné de setas y setas de cardo, una sinfonía otoñal que cierra el círculo de la caza noble.

El postre, una tarta de avellana y chocolate, es el broche final de indulgencia, cremoso y equilibrado. Por 345 euros por persona (IVA incluido), este menú no es solo una cena; es una narrativa sensorial, acompañada de una selección curada de vinos, champán, café, dulces navideños.

NOCHEVIEJA: BRINDIS AL AÑO NUEVO CON REFINAMIENTO SUPREMO

Si Nochebuena es intimidad, la cena de Fin de Año en Orfila es puro esplendor. El 31 de diciembre, el ritual comienza con el icónico búcaro Don Pío, un guiño a las raíces madrileñas que da paso a un milhojas de foie con mango al Pedro Ximénez, donde la untuosidad del hígado casa a la perfección con la dulzura exótica del vino generoso.

El arroz meloso de carabineros con muselina de limón y el besugo en escabeche de vinagre de Jerez despliegan capas de sabor que honran el mar Cantábrico, mientras el plato estrella --solomillo Wellington con duxelle de foie, demiglace de su jugo y frutos rojos-- fusiona la tradición británica con toques ibéricos en un equilibrio magistral de texturas crujientes y jugosidades profundas.

La tarta Árabe como cierre es un homenaje a los postres de antaño, especiado y evocador. A 425 euros por persona (IVA incluido), esta experiencia incluye los mismos mimos que en Nochebuena: vinos selectos, champán y esa banda sonora en vivo que hace que la cuenta atrás sea inolvidable.

BRUNCH NAVIDEÑO: CELEBRAR CON CALMA Y DELICIA INFORMAL.

Para quienes huyen del ajetreo post-fiesta, el brunch del 25 de diciembre y 1 de enero es un bálsamo. A 120 euros por adulto y 59 euros para niños hasta 11 años (IVA incluido), esta propuesta de Sandoval invita a un ritmo pausado en el jardín cubierto, con un buffet de salados y dulces que despierta el paladar: panes artesanales, embutidos selectos y pastelería navideña.

Los huevos al gusto preparan el terreno para lo grande: opta por un tartar de bogavante con aceite de chili y chalota, fresco y picante, o una lubina al pilpil de ají amarillo y gamba cristal, donde el ajoblanco peruano se reinventa con maestría.

Bebidas festivas -desde mimosas hasta infusiones artesanas- completan un festín que une lo informal con lo exquisito. Es el lujo de Orfila en su versión accesible: familia, amigos y tiempo sin prisas, en un espacio que respira hospitalidad personalizada y respeto por lo local.