MADRID 25 Abr. (EUROPA PRESS) -
Adéntrate en un universo de más de 14 millones de metros cuadrados donde yacimientos prehistóricos susurran historias ancestrales bajo la sombra de encinas centenarias, mientras la fauna autóctona, como la esquiva tortuga mora, se mueve libremente en un paisaje declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
La Finca Pública Galatzó, enclavada en el corazón de la Serra de Tramuntana, al norte del municipio mallorquín de Calvià, no es solo uno de los espacios naturales más extensos y singulares de las Islas Baleares; es un legado vivo que entrelaza la biodiversidad, la arqueología y una rica herencia histórica, invitando a un turismo responsable y profundamente conectado con la esencia de la isla.
En una era donde la búsqueda de experiencias auténticas y sostenibles se ha convertido en un motor clave del turismo, la Finca Pública Galatzó emerge como un destino paradigmático.
Con una extensión que abarca casi el 10% del municipio de Calvià y limitando con los términos de Puigpunyent, Estellencs y Andratx, Galatzó se erige como un santuario natural donde la intervención humana a lo largo de los siglos ha complementado, en lugar de subyugar, la majestuosidad del entorno.
Ubicada estratégicamente en la unidad geológica de la Serra de Tramuntana, cuyo valor universal excepcional le valió el reconocimiento de la UNESCO, la finca presenta un relieve fascinante moldeado por un valle central serpenteado por un torrente, custodiado por imponentes montañas como el Puig de Galatzó, que se alza hasta los 1.026 metros, y la Mola de S'Esclop, con sus 925 metros de altitud.
La geografía caprichosa de Galatzó, marcada por lapiaces esculpidas por el tiempo, cañones profundos, simas misteriosas, cuevas inexploradas y fuentes naturales que brotan de la tierra, crea un paisaje único que ha sido testigo y partícipe de la historia de la isla.
La mano del hombre ha dejado su impronta en este lienzo natural a través de la construcción de terrazas de piedra, conocidas como marges, que modelan las laderas para el cultivo; caminos ancestrales que conectan puntos estratégicos de la finca; eras donde antaño se trillaba el grano; y los restos evocadores de hornos de carbón, testigos de una actividad económica fundamental en el pasado.
La riqueza natural de Galatzó se manifiesta en una diversidad de ecosistemas que van desde los umbríos bosques de encinas, refugio de biodiversidad, hasta los fragantes pinares que colonizan las zonas más elevadas, pasando por las garrigas mediterráneas donde el acebuche, el palmito y la estepa luchan por el sol. En las formaciones vegetales de montaña, especies endémicas como la estepa joana y los resistentes cojinetes espinosos añaden un valor botánico excepcional a la finca.
La fauna de Galatzó es un reflejo de la riqueza de la Serra de Tramuntana. Es posible avistar ágiles cabras mallorquinas pastando en las laderas rocosas, la sigilosa gineta acechando en la penumbra, la curiosa marta explorando los senderos y la escurridiza comadreja moviéndose entre la vegetación.
Los cielos de Galatzó son también hogar de majestuosas aves rapaces que planean en busca de su presa. Sin embargo, una de las joyas faunísticas de la finca es su papel crucial como santuario y espacio de reintroducción de la tortuga mora (Testudo graeca), un quelonio emblemático que encuentra en Galatzó un refugio seguro gracias a la colaboración con el COFIB (Consorcio para la Recuperación de la Fauna de las Islas Baleares).
PATRIMONIO HISTÓRIO Y ARQUITECTÓNICO.
Pero la Finca Galatzó no es solo un paraíso natural; es también un libro de historia abierto en el paisaje. Su notable patrimonio histórico y arquitectónico abarca más de 9.000 metros cuadrados de construcciones que incluyen la imponente casa principal, edificios auxiliares y otras instalaciones que narran la evolución de la finca a lo largo de los siglos.
La casa principal, con su monumentalidad característica, se articula en torno a un típico patio mallorquín, la clastra, un espacio central que irradia vida y tradición.
En su interior se conservan elementos de gran interés, como una antigua almazara, vestigio de la producción de aceite de oliva; una capilla cuidadosamente restaurada en el siglo XX; y un jardín tradicional que evoca la serenidad de tiempos pasados.
Los vestigios del pasado de Galatzó se extienden más allá de sus construcciones principales. La finca alberga más de 15 yacimientos arqueológicos que atestiguan la presencia humana desde épocas pre-talayóticas y talayóticas, revelando asentamientos y prácticas culturales de miles de años de antigüedad.
Los hallazgos de restos de cerámica romana y árabe sugieren además que la finca podría tener sus orígenes en una alquería árabe, una explotación agrícola que floreció durante la dominación musulmana de la isla.
TURISMO SOSTENIBLE.
Hoy en día, la Finca Pública Galatzó se erige como un espacio donde la naturaleza, la historia y la comunidad se entrelazan de manera armoniosa, ofreciendo un lugar accesible para el disfrute tanto de los habitantes locales como de los visitantes que buscan una conexión auténtica con la isla.
Con un firme compromiso con la sostenibilidad y la conservación de su invaluable patrimonio, la finca se ha consolidado como un referente del turismo natural y responsable en Mallorca.
Para facilitar la exploración de sus tesoros naturales y culturales, Galatzó cuenta con una red de cuatro senderos señalizados que suman un total de 35 kilómetros: S'Esclop, Sa Vinya, Ses Planes y Ses Sínies.
Estos itinerarios invitan a los caminantes y amantes de la naturaleza a adentrarse en la belleza de la Serra de Tramuntana, ofreciendo oportunidades únicas para la observación de la flora y fauna autóctona, así como para descubrir los vestigios históricos diseminados por la finca. Estos caminos se convierten así en una puerta abierta a la riqueza de este entorno privilegiado.
PLAN DE REHABILITACIÓN DE 4,7 MILLONES.
Con la mirada puesta en el futuro y en la preservación de este enclave único, la Finca Pública Galatzó ha emprendido una ambiciosa rehabilitación en el marco de un proyecto de mejora financiado con 4,7 millones de euros.
Este plan integral busca reducir las emisiones de carbono y fomentar la transición ecológica y digital en el municipio de Calvià. Gracias a una inversión de 1,72 millones de euros del Ayuntamiento y una subvención de 3 millones de euros provenientes de los fondos europeos Next Generation, el proyecto incluye la rehabilitación de la casa principal, que abarca más de 3.000 metros cuadrados.
El objetivo final de esta ambiciosa iniciativa es valorizar el entorno de la finca, promoviendo un modelo de sostenibilidad medioambiental que permita la viabilidad de la explotación primaria tradicional de la zona, respetando su equilibrio ecológico.
Paralelamente, la finca continúa ofreciendo una amplia gama de actividades gratuitas para la comunidad y los visitantes, que incluyen senderismo y bicicleta de montaña por sus rutas señalizadas, visitas culturales guiadas para descubrir su patrimonio histórico, talleres y seminarios para aprender sobre su riqueza natural y cultural, conferencias sobre temas relevantes y diversos eventos que dinamizan el espacio.
Además, Galatzó dispone de un área de picnic para disfrutar de comidas al aire libre, un servicio de bar para reponer fuerzas y un refugio con capacidad para 52 plazas, donde se organizan campamentos para niños, incluyendo los populares campamentos de verano y, como novedad en 2025, los campamentos de Pascua, fomentando así la conexión de las nuevas generaciones con este legado natural e histórico.