MADRID, 25 Sep. (EUROPA PRESS) -
El viajero religioso es mayoritariamente mujer (75%), de una edad que oscila entre los 60 y 70 años (70%) y con un nivel socio cultural medio alto (65%), según los datos recogidos por Ruth Travel.
La agencia especializada en este tipo de viajes ha realizado una encuesta entre sus 2.000 últimos usuarios para conocer el perfil del viajero religioso, destacando también que este tipo de viajero suele compartir su experiencia viajera con miembros de su parroquia y otras amistades.
Los resultados de la encuesta también han apuntado que los viajeros religiosos gastan alrededor de 1.500 euros durante una estancia que oscila entre los ocho y los diez días y es habitual que sean planificados con alrededor de un año de antelación.
En esta misma línea, la directora de Ruth Travel, Mónica Padrol, ha afirmado que "la realización de viajes religiosos suele ser fruto de un deseo que viene de lejos, por lo que son visitas que se esperan con expectación".
Entre las razones que motivan la elección del destino ha destacado el desconocimiento de otros idiomas, la falta de costumbre de viajar y la necesidad de seguridad en lugares extranjeros.
Además, la adecuación del viaje a la temática resulta fundamental, ya que tanto los recorridos como los horarios de visita se adecuan para conocer los lugares desde un punto de vista religioso. Padrol asegura que "es un viaje en el que se quiere conocer lo más profundamente posible todo lo que se visita".
TIPOS DE 'VIAJERO RELIGIOSO'
Padrol ha establecido hasta tres tipos de viajero en función de su motivación; el 'creyente' es el que viaja principalmente movido por la fe (Roma, Tierra Santa). La motivación para estos últimos viajes es pisar las mismas tierras y recorrer los mismos caminos que en su día pisaron y recorrieron los protagonistas de la historia bíblica, son casi "una obligación religiosa y emocional".
Por otra parte, el 'espiritual' se interesa por cualquier destino en el que pueda encontrar los orígenes de la religión cristiana e incluso de otras religiones. Le interesan las religiones como parte de la historia y la cultura de los países más que por el culto religioso en sí mismo. Etiopía, Georgia o Armenia son algunos de sus lugares de destino más habituales.
Mientras que, el 'acompañante', que tiene menor motivación, acaba valorando el viaje "más positivamente" de lo que esperaba, ya que vive experiencias y descubre lugares que no habría conocido nunca en unas vacaciones convencionales.