NUEVA YORK 11 Oct. (Reuters/EP) -
El control del tráfico aéreo en Estados Unidos está cerca de la alerta amarilla porque los trabajadores se encuentran en un periodo de "licencia" debido al cierre del Gobierno, según ha informado la Asociación Nacional de Controladores del Tráfico Aéreo (NATCA).
"La seguridad no se ha deteriorado, pero estaríamos llegando al amarillo", ha dicho el presidente de la NATCA, Paul Rinaldi, subrayando que este nivel de alerta solamente indica cautela, en una entrevista concedida a Reuters.
No obstante, el líder sindical ha advertido de que, aunque de momento la seguridad no está en riesgo, "el impacto llegará si se sigue sin todos los recursos". "No estamos haciendo funciones de mantenimiento", ha recordado.
En concreto, ha explicado que cualquier fallo en los equipos usados para el control del tráfico aéreo podría obligar a cancelar vuelo y, por tanto, a dejar en tierra a miles de pasajeros, por la falta de personal suficiente para arreglarlos.
Precisamente, este jueves decenas de trabajadores del sector de la aviación se han manifestado en Washington para expresar su preocupación por las "licencias" concedidas al personal "no esencial" por parte de la Administración Federal de Aviación.
CIERRE DE GOBIERNO.
Estaba previsto que este 1 de octubre el Tesoro de Estados Unidos superara irremediablemente el límite de endeudamiento público, fijado en 16,7 billones de dólares, cayendo así en una nueva crisis de liquidez que podía llevar al cierre de la administración pública.
Para evitarlo era necesario que republicanos y demócratas se pusieran de acuerdo en el Congreso para ampliar el límite de endeudamiento público hasta los 988.000 millones de dólares, garantizando así el funcionamiento del Gobierno hasta la elaboración de los nuevos presupuestos generales.
La oposición republicana había elaborado un plan según el cual se comprometía a apoyar una ampliación del límite de endeudamiento público a cambio de nuevos recortes en el gasto público, centrados en la reforma sanitaria del Gobierno, a la que se conoce popularmente como 'Obamacare'.
Con el objetivo de imponer su plan, la Cámara de Representantes, dominada por los republicanos, aprobó dos veces un proyecto de ley para aplazar un año la aplicación de la reforma sanitaria a cambio de entregar más fondos al Gobierno, pero el Senado, de mayoría demócrata, lo rechazó.
En un último intento conciliador, la Cámara de Representantes propuso celebrar una "conferencia legislativa" para crear una comisión bicameral en la que resolver este asunto, pero el Senado se negó. "No iremos con una pistola apuntando a nuestras cabezas", dijo su presidente, Harry Reid.
Esta semana, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha instado al Congreso a celebrar cuanto antes una votación para reabrir el Gobierno y aumentar el límite de endeudamiento público porque tiene una "fuerte sospecha" de que ya hay "suficientes votos" para sacarlo adelante.
EL PRIMERO DESDE 1995
Se trata del 18º cierre de la administración pública estadounidense desde 1976. El último precedente se remonta a la Presidencia de Bill Clinton. Entonces, el bloqueo presupuestario se prolongó entre el 5 de diciembre de 1995 y el 6 de enero de 1996.
Aunque, de momento, se desconoce la dimensión de las consecuencias del cierre del Gobierno, ha dejado en sus casas a 800.000 de los dos millones de funcionarios y la Casa Blanca calcula que costará unos 10.000 millones de dólares semanales a la economía estadounidense.
Desde el Gobierno han garantizado que no afectará a los servicios públicos esenciales. Obama ya ha firmado un proyecto de ley para garantizar los pagos a los miembros de las Fuerzas Armadas y, con ello, la seguridad del país.