Actualizado 16/07/2025 16:57
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De viajeros a creadores de contenido: el caso de Comiviajeros, un blog que inspira y ayuda a miles de personas

Maleta.
Maleta. - COMIVIAJEROS

   MADRID, 16 Jul. (EUROPA PRESS) -

Aunque a muchas personas les emociona organizar un viaje, para otras resulta estresante e incluso agobiante. ¿Por dónde empezar? ¿Cuántos días necesito? ¿Qué no me puedo perder? Estas son solo algunas de las preguntas que cada día se hacen quienes quieren viajar por libre. Ahí es precisamente donde entra en juego Comiviajeros, uno de los blogs de viajes en español más completos y leídos.

Detrás de este proyecto están Ángela y Fran, una pareja amante de los viajes que en 2017 decidió convertir su pasión por recorrer el mundo en un blog que hoy ayuda a miles de personas a planificar rutas por España, Europa y destinos más lejanos como Japón, Corea, Costa Rica, Estados Unidos o Bali, entre muchos otros.

Lo que empezó siendo un blog personal para compartir sus aventuras, se ha convertido en una auténtica guía de viajes online, llena de contenido práctico: itinerarios detallados, consejos basados en experiencias reales, herramientas para organizar viajes por libre y recursos pensados para que cualquier viajero -con más o menos experiencia- pueda preparar su escapada sin volverse loco.

Comiviajeros ha crecido gracias a su forma cercana de contar las cosas, su obsesión por el detalle y una comunidad fiel que encuentra en ellos inspiración y ayuda.

En esta entrevista con Ángela, cofundadora de Comiviajeros, exploramos cómo nació el proyecto, cómo pasaron de ser viajeros a creadores de contenido, qué hay detrás del éxito del blog y cómo es vivir de contar sus viajes por el mundo.

¿Cómo nació Comiviajeros? ¿Fue algo planeado o surgió de forma natural durante vuestros viajes?

La verdad es que Comiviajeros nació de forma muy natural, sin grandes planes ni expectativas. Siempre nos ha encantado viajar y organizar nuestras rutas al detalle: mapas, itinerarios día a día, listas de imprescindibles... Y nos dimos cuenta de que esta forma de viajar podía ser útil para otras personas.

Comiviajeros nació en 2017 como un proyecto muy personal, casi como un diario de viajes, pero fue creciendo poco a poco hasta convertirse en algo mucho más grande de lo que podríamos haber imaginado. Al principio publicábamos entre tres y cuatro posts a la semana, lo que era una auténtica locura teniendo en cuenta todo el trabajo que conlleva. Lo hacíamos en nuestro tiempo libre y me preocupaba que tanta dedicación acabara haciéndome perder las ganas, pero ocurrió justo lo contrario: cuanto más crecía el proyecto, más deseaba dedicarle tiempo.

¿Qué os motivó a compartir vuestras experiencias en un blog en lugar de quedároslas para vosotros?

Sobre todo, la idea de ayudar a otras personas compartiendo nuestras experiencias. Sabemos lo complicado que puede ser organizar un viaje desde cero, especialmente si es a un destino lejano, porque antes apenas había información online y hacerlo por libre era difícil sin recurrir a agencias.

Por eso empezamos a compartir nuestras rutas, consejos y vivencias, con la idea de que cualquiera pudiera inspirarse, copiar nuestros itinerarios o adaptarlos a su manera de viajar. No queríamos limitarnos a contar dónde habíamos estado, sino ofrecer herramientas reales y prácticas para que cualquiera pudiera hacer el mismo viaje por su cuenta.

Además, siempre nos ha gustado recomendar productos o servicios que nosotros mismos usamos y en los que confiamos, como las tarjetas como Revolut, que en su momento eran bastante desconocidas y mucha gente no se animaba a utilizarlas porque no conocía sus ventajas.

Y aparte de todo esto, escribir en el blog también se convirtió en una forma de revivir los viajes. Al redactar cada post, volvemos a esos paisajes, esas comidas y esos momentos especiales. Es una manera preciosa de alargar la experiencia.

¿Cuál fue el momento en que os disteis cuenta de que Comiviajeros empezaba a llegar a mucha gente?

Hubo varios momentos clave, pero uno de los más importantes fue cuando publicamos el itinerario de nuestro viaje a Japón. Fue una guía muy trabajada, con un mapa detallado, guía día a día y consejos prácticos... y pronto empezó a posicionarse en Google. La gente nos escribía para darnos las gracias, pedían más información e incluso nos contaban que estaban siguiendo nuestra ruta al pie de la letra.

Ahí nos dimos cuenta de que ya no era solo un blog personal: estábamos creando una comunidad real de personas que confiaban en nuestro contenido para organizar sus propios viajes.

Después llegaron mensajes que nos emocionaron mucho: "Gracias a vosotros me he atrevido a hacer mi primer roadtrip", "He seguido vuestra ruta paso a paso y ha sido el mejor viaje de mi vida". A partir de ahí ya no hubo vuelta atrás. Sentimos una enorme responsabilidad, pero también una motivación increíble para seguir creando contenido útil.

¿Cómo elegís los destinos o temas sobre los que tratáis?

Siempre buscamos un equilibrio entre lo que nos apetece descubrir como viajeros y lo que creemos que puede ser útil o inspirador para nuestra comunidad.

Quiero destacar que nunca escribimos (ni lo haremos) sobre destinos que no hayamos visitado. Fran y yo no solemos seguir modas ni elegimos destinos solo porque estén de moda en redes sociales. Al contrario, nos encanta descubrir lugares menos conocidos, porque creemos que ahí podemos aportar más valor.

También prestamos mucha atención a las preguntas y sugerencias que nos llegan. Si vemos que mucha gente nos pide información sobre un lugar concreto en el que ya hemos estado, lo apuntamos como prioridad para generar contenido.

¿Cuál creéis que es el "toque" Comiviajeros que hace que la gente conecte con vuestro contenido?

Creo que lo que más valoran quienes nos leen es que todo lo que compartimos está basado en nuestra experiencia real. Solo hablamos de destinos que conocemos bien y de cosas que hemos probado nosotros mismos.

Nuestra forma de contar las cosas es clara, directa y práctica: intentamos que todo lo que aparece en el blog responda a preguntas reales que se hace cualquier viajero al preparar su ruta.

Y también cuidamos mucho la parte emocional. Queremos mostrar que se puede organizar un viaje y disfrutarlo a fondo sin necesidad de hacerlo perfecto ni disponer de un gran presupuesto. Viajamos como mucha de la gente que nos sigue: por libre, con ilusión, aprendiendo sobre la marcha y compartiendo tanto los aciertos como los errores.

¿Vuestra forma de viajar ha cambiado desde que sois creadores de contenido?

Sí, ha cambiado, aunque la esencia sigue siendo la misma. Antes viajábamos solo para nosotros y ahora también pensamos en nuestra comunidad. Esto implica mirar el destino con otros ojos: tomar notas, fijarnos en detalles, hacer fotos de todo... y a veces repetir las fotos varias veces hasta que queden bien (risas).

Además, si sabemos que vamos a preparar contenido gastronómico, por ejemplo, probamos varios sitios, comparamos, investigamos... Eso añade una capa de trabajo extra al viaje, pero nos encanta.

Y aunque ahora Comiviajeros es nuestro proyecto profesional, seguimos disfrutando muchísimo y nos emociona llegar a un sitio nuevo, descubrir una carretera espectacular o charlar con un local que nos recomienda algo inesperado. Lo importante es que el viaje no pierda autenticidad, aunque lo estemos compartiendo.

¿Qué es lo más bonito de tener una comunidad tan grande?

Sin duda, lo más bonito es la conexión real que se crea con quienes nos leen. Cada vez que alguien nos cuenta que ha seguido nuestras rutas y que le han ayudado, sentimos que todo el esfuerzo merece la pena.

También es muy emocionante ver cómo la comunidad se retroalimenta. Cuando publicamos un post o un carrusel en Instagram (@comiviajeros), solemos pedir que compartan su experiencia o consejos adicionales. Esto no solo enriquece el contenido, sino que también ayuda a otros viajeros y nos mantiene al día de posibles cambios en los destinos. Es un flujo constante de información y ayuda mutua que nos encanta.

¿Qué le dirías a alguien que quiere empezar un blog de viajes?

Lo primero: que tenga claro el motivo. Si solo lo hace pensando en ganar dinero, probablemente se frustre, porque es un camino lento que requiere muchísima constancia y esfuerzo.

Pero si realmente lo quiere crear porque le apasiona viajar, compartir y ayudar a otros, y cree que puede aportar algo desde su experiencia personal, entonces que se lance sin miedo. Eso sí, es importante no copiar lo que ya existe: debe encontrar su voz, su enfoque y su forma de contar las cosas.

En internet hay mucho contenido, pero cuando algo es auténtico, se nota.

¿Cómo encontrasteis vuestro propio estilo y voz como creadores?

Fue algo muy natural, porque desde el principio escribíamos como somos en la vida real: cercanos, organizados, un poco "frikis" del detalle y siempre con ganas de ayudar.

Nunca nos planteamos crear un personaje. Simplemente empezamos contando las cosas como lo haríamos a un amigo que nos pide ayuda para organizar su viaje. Con el tiempo hemos ido puliendo expresiones y tono, pero la esencia siempre ha sido la misma: ser claros, prácticos y transparentes.

No maquillamos la realidad ni idealizamos los viajes: si algo sale mal, también lo contamos porque eso ayuda a que nuestros lectores no cometan los mismos errores. Y si un lugar nos decepciona, explicamos por qué.

Creemos que ahí está nuestro valor: en la honestidad. Y, por supuesto, escuchamos mucho a nuestra comunidad: sus dudas, comentarios y sugerencias nos han ayudado a ajustar el contenido a lo que realmente necesitan, sin perder nuestra manera de contarlo.

¿Dónde os gustaría ver a Comiviajeros dentro de cinco años?

Nos encantaría que Comiviajeros siga siendo un referente para quienes quieren viajar por libre, bien organizados y sin agobios. Que alguien que esté pensando en hacer un roadtrip por Noruega, un viaje a Japón o una escapada al norte de España piense automáticamente: "Voy a ver qué tiene Comiviajeros sobre esto".

A nivel personal, queremos seguir disfrutando del proyecto con la misma ilusión que ahora, manteniendo la libertad de decidir hacia dónde vamos, sin perder nuestra independencia ni nuestra voz.

Si dentro de cinco años seguimos ayudando a la gente a cumplir sus sueños viajeros, para nosotros ya será un éxito.

(Información remitida por la empresa firmante)

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