MADRID (OTR/PRESS)
Aunque aún no sabía que terminaría adquiriendo fama mundial gracias al papel de un médico, Hugh Laurie ya tenía material del que empaparse cuando sólo era un adolescente. Su padre ejercía la medicina pero no sólo la observación de su figura le servía al actor británico de forma inconsciente. Ya practicaba dando consejos a los pacientes de su padre años antes de convertirse en el intratable doctor Gregory House, que cada noche conquista a los espectadores de Cuatro en nuestro país.
Al actor se le presetaban ocasiones sin parar, cuando pacientes llamaban a su casa. En declaraciones a la agencia británica WENN recogidas por Otr/press, Laurie aseguró: "Antes de que pudiera siquiera decir 'No soy el doctor', ellos se arrancaban y me decían 'Doctor, gracias a Dios, ha explotado y no puedo pararlo. Entonces yo les tranquilizaba. Como adolescente, tenía tenía ansia por simular cosas. 'Bueno, parece que estás haciendo lo correcto, les decía'. Y ellos respondían: 'Seguramente todo irá bien, llamaré si la hinchazón empeora'".