MADRID, 17 Nov. (Verificat / EUROPA PRESS) -
La povidona, o povidona yodada, es el principio activo del Betadine, un medicamento antiséptico. Aunque su aplicación más conocida es la cutánea, también se vende como solución oral. Varias informaciones apuntan a que para bajar la carga viral del COVID-19 es "muy útil" hacer gárgaras de povidona al 0,2%. ¿Qué hay de cierto en ellas?
EL MENSAJE QUE ESTAMOS VERIFICANDO
Hacer gárgaras de povidona al 0.2% es muy útil para bajar la carga viral del COVID-19.
CONCLUSIÓN
Esto es falso.
JUSTIFICACIÓN
Decir que "hacer gárgaras de Povidona al 0.2% es muy útil para bajar la carga viral del COVID-19" es falso, ya que se considera carga viral a la cantidad de virus que se detecta en sangre tras una infección, una vez se ha integrado en las células. Y el Betadine solo interrumpe la infección antes de que esto pase.
"En un escenario imaginario en el que estuviéramos poniéndonos un antiséptico en la boca, como una jeringa cada dos minutos, igual puede prevenir el COVID-19, porque en el momento que te lo inyectas matas el virus antes de que se integre en la célula", detalla a Verificat Judit Villar, médica adjunta del Servicio de Enfermedades Infecciosas y responsable de la Unidad de Salud Internacional del Hospital del Mar de Barcelona.
Pero "esto eso es inviable: aunque tuviera sentido en un escenario de laboratorio, no es para nada extensivo, ni real, ni práctico": la Agencia Española del Medicamento recuerda que el Betadine, ya sea buscal o cutáneo, no se puede ingerir. Además, los fabricantes recomiendan no utilizarlos "más de cuatro veces al día y no más que durante 14 días seguidos".
Y es que por otra parte los propios fabricantes del Betadine en Estados Unidos (EEUU) desaconsejan el uso de este medicamento para evitar las infecciones por COVID-19, independientemente de la concentración de povidona yodada: "Los productos de Betadine no han sido aprobados para tratar coronavirus (...) Solo deben ser usados para ayudar a prevenir infecciones en cortes, raspaduras y quemaduras de menor grado. No se ha demostrado que los productos antisépticos de Betadine sean eficaces para el tratamiento o la prevención de COVID-19 o cualquier otro virus".
¿Antivirales contra el COVID-19?
"La base científica del uso de antisépticos orales para reducir la carga viral en mucosa oral radica en que algunos de estos antisépticos, como la povidona yodada o la cloroquina oral, son virocidas e in vitro han demostrado que reducen la carga viral de SARS-CoV-2", explica a Verificat Marcos López Hoyos, presidente de la Sociedad Española de Inmunología (SEI).
Ahora mismo hay 36 ensayos clínicos en clinicaltrials.gov que exploran la eficacia del Betadine frente al COVID-19. Sin embargo, "hasta la fecha, no hay evidencias científicas sólidas que justifiquen el empleo de estos tratamientos en la práctica clínica, a pesar de haberse planteado. En gran medida, se debe a que el número de pacientes incluidos son pequeños en la mayoría de los estudios y se precisan cohortes mucho más amplias y, a ser posible, multicéntricas".
"Estamos hablando de unas condiciones de laboratorio muy excepcionales que no pueden ser aplicadas in vivo (es decir, en experimentos hechos en animales o plantas); la complejidad de la mucosa orofaríngea, del sistema inmunitario e incluso la del virus no son reproducibles", señala a Verificat Judit Villar, médica adjunta del Servicio de Enfermedades Infecciosas y responsable de la Unidad de Salud Internacional del Hospital del Mar de Barcelona.
El primer país del mundo que ha dado luz verde a la administración de un antiviral contra el COVID-19 es Reino Unido y el antiviral en cuestión es el Molnupiravir. Este medicamento está indicado para pacientes con síntomas de leves a moderados de COVID-19 y al menos un factor de riesgo para desarrollar enfermedad severa, como obesidad, ser mayor de 60 años, diabetes mellitus o enfermedad coronaria.
FUENTES