La batería antiaérea del Turó de la Rovira mostrará en 2011 su pasado militar y de barraquismo

Actualizado: martes, 11 mayo 2010 17:43

BARCELONA, 11 May. (EUROPA PRESS) -

El Ayuntamiento de Barcelona empezará en junio las obras de recuperación de la batería antiaérea que la República construyó en el Turó de la Rovira, donde se habilitarán unos paneles que contextualizarán de su pasado militar y de las barracas que la poblaron tras la Guerra Civil. Las obras se prevén terminar en marzo de 2011, explicó hoy la concejal de Horta-Guinardó, Elsa Blasco.

En rueda de prensa, Blasco dijo que la inversión para recuperar la zona --9.611 metros cuadrados-- es de 942.000 euros que aporta el Consistorio, a los que se suman 160.000 del Memorial Democrático de la Generalitat. Formará parte de los espacios del Museu d'Història de Barcelona (Muhba) y se integrará en la Red de Espacios de Memoria Democrática de Catalunya.

El director del Muhba, Joan Roca, explicó que tratarán los siete puntos de tiro "con una estética minimalista", de forma que los materiales no interfieran en la visión del conjunto, donde en 2011 se instalarán los paneles, y más adelante se museizarán los dormitorios de la tropa y la sala de los oficiales con un centro de interpretación. No se prevén instalar elementos militares de las baterías.

Roca quiso romper con la leyenda de que las baterías no intervinieron en la guerra, y se mostró confiado en que sirvieron para evitar bombardeos "porque podían tocar aviones que volaban bajo". Concretó que, además de explicar la vida en las baterías, relatarán la defensa activa y pasiva de la capital catalana durante el conflicto, y que supone un "punto importante de la historia europea".

Además, se restaurarán elementos que quedan de las centenares de barracas de la posguerra, algunas de las cuales continuaron hasta los Juegos de 1992. Sobre 1948 aparecieron las primeras alrededor de las calles Raimon Casellas y Francisco Alegre, y le siguió la calle Marià Lavèrnia, donde incluso las estructuras antiaéreas fueron reconvertidas en barracas.

Según Roca, el núcleo de los cañones --denominación que recordó Blasco que recibía este poblado informal-- fue uno de los más grandes de la ciudad después de Montjuïc, con centenares de barracas, y de los mejor organizados, de forma que al abandonarlas sus habitantes reclamaron un piso y una solución urbanística para el entorno.

MIRADOR DE 360 GRADOS

Incidió en que el lugar "posibilita decodificar Barcelona" porque permite una visión de 360 grados de la ciudad. El hecho de ser un monte de 267 metros en "una llanura de oportunidades" explica por qué lo escogieron los íberos, cuyos vestigios integran la zona a recuperar, y la República para amedrentar las fuerzas "más reaccionarias", y también citó las baterías de Sant Pere Màrtir.

El presidente del Memorial Democrático, Miquel Caminal, destacó la unión con la que se ha trabajado en el proyecto, y dijo que "cada testigo es piedra del edificio del memorial, y cada espacio también hace el edificio de la memoria democrática". Blasco resaltó que es "un espacio de no retorno porque el camino se ha hecho con muchas complicidades".

En el espacio se incrementará la seguridad, con algunas barandillas e iluminación, se mejorará la accesibilidad y se limpiará. Ahora está caracterizado por los graffitis, que podrán seguir en la base del edificio de la antena, y los nuevos paneles explicativos y alumbrado se harán resistentes al vandalismo. Sin embargo, queda por definir si el espacio será abierto o cerrado.