Los cocodrilos se ponen de acuerdo para cazar

Un cocodrilo se come a un tiburón toro en un río de Australia
Foto: ANDREW PAICE
Actualizado: martes, 14 octubre 2014 11:19

MADRID, 14 Oct. (@CIENCIAPLUS) -

   Un estudio de la Universidad de Tennessee ha determinado que los cocodrilos y sus parientes son animales altamente inteligentes.  Capaces de comportamientos sofisticados como el cuidado parental avanzado, una comunicación compleja y el uso de herramientas para la caza.

   El autor principal de este trabajo, Vladimir Dinets, ha estudiado el comportamiento depredador por los cocodrilos y sus familiares, como los caimanes, en el medio silvestre. Gracias a esta investigación, el científico ha determinado que estos animales trabajan en equipo para cazar, preparando emboscadas. Además, en su mayoría son nocturnos y suelen cazar en aguas turbias y junto a la maleza de los ríos y pantanos tropicales.

   Entre los comportamientos más sorprendentes de estos animales, está su coordinación. Por ejemplo, los cocodrilos nadan en círculo alrededor de un banco de peces, por lo que, poco a poco, el círculo se vuelve más apretado y los peces se ven obligados a convertirse en una 'bola de cebo'. A continuación, los cocodrilos se turnan para cruzar a través del círculo, cazando los peces.

ASUMEN ROLES

   El investigador también señala que los animales de diferente tamaño toman diferentes roles. Así, los caimanes más grandes conducirían a los peces desde la parte más profunda de un lago hasta aguas poco profundas, donde los caimanes más ágiles y más pequeños bloquearían su escape.

   "Todas estas observaciones indican que los cocodrilos pueden pertenecer a un club muy selecto de cazadores, al que pertenecen sólo 20 o más especies de animales, incluidos los humanos, y que son capaces de coordinar sus acciones en formas sofisticadas y asumiendo diferentes roles de acuerdo a las capacidades de cada individuo", ha apuntado el autor en su artículo, publicado en 'Ethology Ecology & Evolution'.

   Sus teorías han sido reforzadas por Facebook y otras redes sociales, en donde el experto ha cambiado impresiones y ha tenido en cuenta testimonios presenciales de naturalistas y otros investigadores. Esta puesta en común, sumada a sus más de 3.000 horas de observación, dejó ver a Dinets que había puntos en común, como la colaboración de cocodrilos a la hora de conseguir una presa.

   "A pesar de haber sido realizados de forma independiente por diferentes personas en diferentes continentes, estos registros mostraron sorprendentes similitudes. Esto sugiere que los fenómenos observados son reales, y no sólo mala interpretación", ha apuntado.

   Finalmente, ha indicado que se necesitan más observaciones para comprender mejor qué es exactamente lo que estos animales son capaces de hacer. "Y estas observaciones no llegan fácilmente", ha concluido.

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